Le he dedicado este blog a La Fornarina.
Poca gente la conoce hoy en día y su recuerdo se va perdiendo, inexorablemente, disuelto en una bruma formada por el tiempo y el desinterés.
Esta Fornarina no fue la hermosa cortesana romana retratada en varias ocasiones por Rafael. También fue cortesana, aunque madrileña, y también fue retratada, aunque en su caso por artistas de menos fama y principalmente en fotografías y postales de la época.
La romana se llamaba Margherita Luti, la madrileña Consuelo Vello (o Bello, hay discrepancias).
Unos cinco siglos separan a una de la otra, pero si queremos encontrar similitudes, sin duda las hallaremos. Aunque en realidad, no importa.
Pues es el caso que de aquella dama -señorita, cortesana o panadera- romana, mucho se ha escrito, pero de nuestra Fornarina foránea, de la bella y simpar Consuelito, la hija del guardia civil, pocos se acuerdan ya.
Aunque hoy en día ni su clase de belleza ni su estilo musical están precisamente de moda, fue en su tiempo una admirada artista. Tan amada como envidiada y criticada, hechos estos últimos que nos dan la clave de la magnitud que su fama llegó a alcanzar.
Tuvo una vida breve -murió muy joven, con 31 años- e intensa. De todo ello os hablaré en este blog, porque se merece un recuerdo y una evocación. Porque su historia es tan corta como apasionante y apasionada.
Ella y otras como ella, en los albores del siglo XX marcaron un estilo y le dieron a su época gran parte del brillo y el color con el que nos lo imaginamos: una pátina menos noble que la del gran Rafael, pero sí más auténtica en su sencillez, más reconocible, más inocente incluso, más cercana a nosotros en todo caso.
En fin, señoras y señores, mesdames et monsieurs, ladies and gentlemen,
PASEN Y VEAN ... ESTOS FUERON LOS DÍAS Y HAZAÑAS DE LA SIMPAR CONSUELITO Y OTRAS BELLAS DEL CUPLÉ.
Acabo de descubrir este blog y realmente he quedado prendada de él. Necesito tiempo para disfrutarlo detenidamente.
ResponderEliminarFelicitaciones por tu trabajo. Excelente.
Un saludo