La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época

La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época: mujeres ayer admiradas, hoy olvidadas

sábado, 27 de febrero de 2016

LAS OTRAS: Candelaria Medina (II)

Candelaria sonriente con su mantilla de madroños
Cuando en julio de 1909 Candelaria participa en la XII Fiesta del Árbol (bonito nombre para un festejo del que ignoro más detalles) ya es una figura consagrada del cuplé aflamencado y una de las artistas más queridas por el público español. En esta fiesta, celebrada en el mítico Frontón Kursaal de Ciudad Lineal, comparte escenario con otras artistas de su mismo estilo, como la bailarina Brazalema y la cupletista Bella Hebrea.
Brazalema comenzó su carrera como bailarina y cantante
formando un fugaz dúo con la enigmática Libertad
Parecen tiempos felices, como casi siempre nos parecen todos los tiempos pasados, con aquella alegría inconsciente de los cuplés sonando por todas partes. Pero no, no eran tiempos felices ni fáciles para los españoles de entonces. En realidad España estaba en guerra, la larguísima guerra de África o de Melilla que, intermitentemente, duraba ya más de cinco años. El 27 de julio de 1909 tiene lugar el llamado "Desastre del Barranco del Lobo" en el que los españoles fueron derrotados por los rebeldes (?) rifeños. La tristemente célebre emboscada en el Barranco del Lobo

"(...) originó más de 100 muertos, entre ellos el General Pintos, que estaba al mando de la expedición, y casi 600 heridos. Según la historiadora María Rosa de Madariaga murieron 153 militares (17 jefes y oficiales y 136 hombres de tropa) y 599 resultaron heridos (35  jefes y oficiales y 564 hombres de tropa).
(...) El desastre del Barranco del Lobo ha sido considerado, junto con el de Annual en 1921, como una de las más sangrientas derrotas sufridas por el ejército español en las guerras coloniales sostenidas en el norte de África.".
(fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Desastre_del_Barranco_del_Lobo)

Los hombres de tropa eran aquellos "soldaditos españoles" reclutados como simple carne de cañón para morir por la patria en una guerra absurda, por otra parte algo habitual en la lamentable Europa colonizadora de hace cien años. Pero lo habitual no consiguió en este caso quitarle gravedad al asunto. La noticia es recibida en España con estupor y se alzan voces críticas hacia esta guerra sin fin así como hacia los mandos militares; no en vano un error del general Pintos estaba en el origen de la desastrosa emboscada.
"Los generales Marina y Pintos presenciando un combate"
en el Rif, poco antes del desastre del Barranco del Lobo
Las cupletistas no son ajenas al dolor y a la estupefacción de la sociedad española ante este suceso. Candelaria, en concreto, se ve especialmente afectada por razones que sólo ella conocía. Acaso al ser malagueña consideraba el suceso como más cercano, quizá conocidos o paisanos suyos perdieron la vida en el malhadado barranco o simplemente consideró que precisamente ella podía y debía hacer algo al respecto. Decide organizar un beneficio en Madrid a favor de los soldados heridos y de las familias de los fallecidos. Su talante simpático aunque algo pasivo se muestra en esta ocasión emprendedor y decidido. El 1 de agosto de 1909 aparece un artículo en "La Revista Musical" en la que el periodista Julio Moreno aplaude su gesto y dice de ella que "es malagueña del Perchel, tiene garbo, atractivo y corazón altruista y ¡que viva la madre que la parió!". Pero no toda la prensa esta de acuerdo con estos elogios. En una parte de ella hay poco de chunga por el gesto de Candelaria, sobre todo al aparecer en la portada del semanario "Actualidades" vestida de enfermera y anunciando su intención de ir personalmente a Melilla para llevar lo recaudado en el beneficio.
La polémica portada de la revista Actualidades, del
17 de agosto de 1909, con Candelaria vestida de enfermera 
Esta portada y el anuncio de su visita fue criticado y considerado como algo frívolo ya que, en aquellos primeros momentos de confusión, era imposible que supiera si le iban a autorizar tan arriesgada visita. Algunos periodistas, con su poquito de mala baba y no menos frivolidad, se preguntan qué pasaría si también fueran la Chelito y otras cupletistas, imaginándose que "por lo menos los moros se lo pasarían bien". A pesar de todas las críticas Candelaria no ceja en su empeño y consigue que el beneficio se celebre en el Frontón Kursaal de Ciudad Lineal. La convocatoria es todo un éxito y se incluyen en el beneficio nada menos que cincuenta números, aunque la malagueña se lamentaba de no haber podido reunir a más figuras. El elenco es de lujo: Paz Calzado baila, la tiple Julia Fons canta, el cómico Gamero recita su famoso monólogo "El tío del Gabán",... todos los artistas actúan desinteresadamente y la recaudación es importante.
Algunas de las participantes en el beneficio. De izquierda a derecha: (1) la señorita Olivares, (2) Candelaria Medina,
(3) Nieves Suárez, (4) Antonia Sánchez Jiménez, (5) Carmen Andrés y  de pie (6) Julia Mena
Una semana después la empresa del local, la flamante Compañía Madrileña de Urbanización (de Ciudad Lineal) le hace entrega a Candelaria de la recaudación después de la liquidación de gastos e ingresos: 3.163,70 pesetas. La cupletista consideraba que el aforo del Kursaal era de unas 8.000 personas y no le cuadraba lo realmente recaudado con lo que se esperaba. Escamada por lo cicatero de la cantidad que se le entrega y lo generoso de la cantidad que cree descontada, se mosquea primero, más tarde se indigna y, al no obtener respuesta satisfactoria al respecto, decide publicar en "La Correspondencia de España" una carta quejándose de la situación y poniendo en entredicho la honorabilidad de la empresa que construyó la Ciudad Lineal madrileña. Ésta no se hace esperar y publica a continuación su respuesta en el mismo medio:

"Señor director de La Correspondencia de España, Madrid.
Distinguido Señor mío:
Estimando injuriosa la carta de la señorita Candelaria Medina, referente a la fiesta patriótica celebrada en la Ciudad Lineal, publicada en el diario de su digna dirección, demandamos ante los Tribunales a dicha señorita y rogamos al público suspenda su juicio mientras se publican detalladamente las cuentas y antecedentes del asunto en los números de la revista "La Ciudad Lineal" correspondientes a los días 30 de agosto y 1 de septiembre próximo.
Rogando dé cabida de esta carta en ese importante diario, le anticipa las gracias y queda de usted atentamente seguro servidor q.s.m.b.,
Arturo Soria".

Nada menos que el mismísimo Arturo Soria se sintió afectado por la falta de confianza de la cupletista y en persona emprendió una campaña de "limpieza de imagen" en la que, sin duda, el proyecto de la Ciudad Lineal se jugaba mucho. El beneficio celebrado en el Kursaal fue más que un espectáculo, fue una "fiesta patriótica" en la que los sentimientos de muchos españoles encontraron una manera de lavar cierto sentimiento de culpa generalizada. Aquellos militares muertos en un lejano barranco africano, luchando por la posesión de unas minas que enriquecían a unos pocos o por conquistar unos territorios semidesérticos a sus legítimos dueños, era más de lo que muchas conciencias podían permitirse sobrellevar. Se trataba de la patria y de algo más, un sentimiento mucho más legítimo y poderoso: el valor de la vida de un solo de aquellos hombres valía mucho más que todo eso.
La estatua de Arturo Soria y Mata situada
en la avenida que lleva su nombre
El 10 de septiembre de 1909 aparece el número 338 de la revista La Ciudad Lineal, que se anunciaba como una "revista científica de higiene, agricultura, ingeniería y urbanización". En ella aparecen las detalladas cuentas del evento y un estudio sobre el aforo real del Central Kursaal. Las cuentas estaban claras, las exponen detalladamente y zanjan el asunto con un "No nos molesta nada lo que diga una mujer guapa", que se podía interpretar tanto desde la galantería como desde el desprecio. Candelaria opta por la galantería y se da por satisfecha. Al final no es demandada, con lo que eso publicitaba siempre a una cupletista.
Candelaria más contenta que unas pascuas después
de las explicaciones de los responsables del Kursaal
En el puerto de Málaga asiste a la salida de las tropas hacia Melilla, un nuevo cargamento de carne de cañón que le provoca un fervor patriótico que le lleva a decir: "(...) sentí envidia, envidia hasta el punto de ser la única vez en mi vida que he pensado mal de mi sexo. Nunca había tenido ese desfallecimiento, tan peculiar en las mujeres, que las hace exclamar a menudo: «¡Quién fuera hombre!»; pero aquella noche, sí; aquella noche mi temperamento femenino se sublevó, y yo considerábame desgraciada por no haber nacido varón. Las mujeres nos quedábamos en el andén, y ellos, sólo ellos, partían a la guerra. Y no me cansé de preguntarme en el transcurso de aquella larga noche, en que no pude conciliar el sueño: ¿por qué las mujeres no vamos también á la guerra? ¿Habrá otro momento en que la mujer sea más útil al hombre que cuando éste ocupa los sitios de mayor peligro?".
Soldados españoles muertos en la guerra de Melilla,
y de esto quería formar parte la buena de Candelaria...
Protagonista absoluta de esta tragicomedia, que bien pudiera titularse "En el cuplé y en la guerra", aún le quedaba a la guerrera Candelaria algún que otro cartucho en la recámara. Estuvo intentado llegar a Melilla como enfermera durante casi tres meses. En este intervalo le dio tiempo para organizar nuevos beneficios, uno en el Salón Imperial de Sevilla (donde actuó el maestro Otero con un cuadro de baile infantil) y otro en el Novedades de Málaga. Entre unas cosas y otras consigue recaudar unas 4.500 pesetas, de las que se dice que al menos 1.000 son suyas. Al no obtener en Málaga el permiso del general Marina, que al parecer no puede garantizar su seguridad, comunica a la prensa su intención de irse a París, por aquello de que le pillaba de paso hacia África. Mientras tanto se venden como si fueran churros postales de Candelaria vestida de enfermera, anunciadas como: "Cinco preciosos modelos de postales de gran brillo de la aplaudida artista Candelaria Medina con traje de la Cruz Roja". Al fin, después de mucho intentarlo y obteniendo el merecido premio a su innegable constancia, es autorizada para viajar a Melilla y hacer entrega en mano de la cantidad recaudada. En Melilla la reciben encantados, tanto por la pasta como por el hecho de que en la ciudad se calcula que "hay por cada mujer, incluidas las feas (de las que no hay muchas), cincuenta hombres".
Una acalorada Candelaria con expresión de:
"Ya he llegado a Melilla y ozú qué caló que hace aquí..."
A pesar de ser un hito en su carrera, los beneficios de Melilla quedan atrás y la vida sigue. La publicidad que le han dispensado le sirve para trabajar durante 1910 en los mejores escenarios españoles, principalmente como cupletista, dejando el baile flamenco en segundo plano. En enero debuta en el Gayarre de Barcelona, en febrero y marzo actúa en el Novedades de Valencia, en abril en el teatro de La Latina de Madrid, junto a Pilar Cohen, veterana cupletista de las que se buscaban la pulga más de diez años antes. Y es allí donde Mr Marinelli, el famoso agente artístico europeo, se fija en la malagueña y le ofrece un contrato para debutar en París. Ha tenido suerte con Fornarina, que en esos momentos es la gran atracción de la temporada parisina, y también ha fichado a la majestuosa Pastora Imperio. Está interesado por las artistas españolas que se han puesto de moda en el mundo y cree que Candelaria puede ser su próximo descubrimiento. Pero no, no lo fue en absoluto. El propio Marinelli, un señor elegante y educadísimo por otra parte, la llamaba ante sus íntimos "la gata", no sabemos si por sus maullidos.
Candelaria en 1910, poco antes de su fiasco parisino
Reaparece en Madrid junto a otra de sus compañeras que no han terminado de cuajar en París: la Bella Chelito, que a partir de ahora se hará llamar Ideal Chelito. Las dos son consideradas como grandes bellezas y como una "pesadilla para los viejos verdes". Fornarina, la favorita de Marinelli, ha dejado atrás la sicalipsis y ha sabido hacerse considerar como una cantante, no como una belleza que se dedica al cuplé. Además, ha triunfado incontestablemente en París y otros escenarios europeos. Sus compañeras en España, moviéndose entre la envida y la admiración, intentan adaptarse a los nuevos tiempos. Candelaria es contratada en el Lírico de Palma de Mallorca en noviembre y aprovechando las fechas se atreve a hacer de doña Inés, haciendo -según la prensa- "palpitar de emoción las graves estatuas del Comendador y Mejía". Termina el año en el Salón Vizcaya de Bilbao y se dispone a entrar en 1911 llena de ilusiones y proyectos, así era ella.
Candelaria en su época de esplendor, una de las
cupletistas más guapas de la "edad dorada" del cuplé
Y lo cierto es que 1911 será también un buen año para ella, trabajando mucho y bien por toda España. Inaugura el año en el Novedades de Valencia y, dando un rodeo por su tierra, en abril y mayo actúa en el Príncipe Alfonso de Madrid, donde obtiene un enorme éxito. De ahí pasa al Royal Kursaal y a continuación al Trianón Palace, el salón más chic dedicado al cuplé y el que mejor pagaba a sus artistas. Allí comparte escenario con las olvidadas Paquita Escribano y  Estrella de Andalucía, cupletista a transformación la primera, flamenca exuberante la segunda, merecedoras ambas de su propia entrada en este blog.
Sombrero tipo bonete con delicadas aigrettes y broche
modernista para Paquita Escribano
Gran sombrero con lazos de terciopelo y
soberbia amazona para la Estrella de Andalucía
En verano hace Candelaria la gira por provincias, a ser posible costeras y termina la temporada estival actuando a finales de septiembre en el Cine Paz de Castellón. Gana dinero y es admirada, muy famosa, pero de su vida personal sigue sin saberse absolutamente nada. Excepcionalmente anuncia a finales de año su intención de pasar las navidades con su familia, que reside en Barcelona y no en su Málaga natal. Comienza el año trabajando en Sevilla y Zaragoza (donde es muy querida y obtiene un éxito clamoroso) y a continuación debuta el 8 de enero en el Salón Madrid, donde permanecerá casi un mes. En febrero puede reunirse de nuevo con su familia pues es contratada en el Salón Doré barcelonés.
Candelaria actuando en el Novedades de Valencia.
Su traje y su pose no pueden ser más cupleteras.
En abril debuta en el Salón Madrid junto a Lolita Méndez y en mayo en el Trianón Palace. Cuando emprende la temporada de giras veraniegas ya tiene en mente volver a Barcelona, ciudad donde cada vez es mejor acogida como artista. En julio la revista "Mundo Gráfico" le dedica una bonita portada, donde una espiritual Candelaria nos ofrece su perfil clásico fotografiado por Calvache.
Calvache, uno de los principales fotógrafos de aquellos tiempos,
tenía una sensibilidad especial para retratar a las chicas del cuplé
Cuando en agosto actúa en el teatro de verano El Bosque la prensa barcelonesa se refiere a ella como a "una de las mujeres más bonitas que ha visto la luz del sol en la tierra del vino y los boquerones" y la tildan de agitanada. La tierra en cuestión se supone que es Málaga, aunque vino y boquerones hay en todas partes. En cuanto a lo de agitanada difieren otros medios al opinar que, más que de gitana, sus rasgos y ademanes son de mora. El 20 de noviembre aparece en "Mundo Gráfico" este soneto a ella dedicado y firmado por el escritor granadino José Fernández del Villar:

                                                                     LAS ESTRELLAS:
                                                                    CANDELARIA MEDINA

                                                                    Ella tiene en sus venas sangre mora
                                                                    y nació malagueña en los Percheles
                                                                    y se adorna con flores y caireles
                                                                    y canta sus pesares; no los llora.

                                                                    La llama del amor quema y colora
                                                                    sus labios más fragantes que claveles;
                                                                    labios que brindan del placer las mieles
                                                                    con liviana impudicia tentadora.

                                                                   Todo es fuego en su ser; su piel morena
                                                                   quema lo mismo que la ardiente arena
                                                                   bajo el sol en la estepa solitaria;

                                                                   y fuego es la mirada de sus ojos,
                                                                   fuego la herida de sus labios rojos
                                                                   y hasta fuego su nombre: Candelaria.

La guapa Candelaria, con traje elegante y
mantón "alfombrao": la imagen de una época
El nuevo año del Señor de 1913 encontrará a la malagueña preguntándose si debe seguir en el lucrativo mundo del cuplé o debe probar con otras disciplinas artísticas, menos lucidas económicamente pero con más prestigio y futuro. Le ofrecen papeles en sainetes y obritas de género chico pero siempre a condición de que cante algún que otro culplé o canción que aspire a serlo. Tiene un gran éxito con el tema "La barquillera", tipo madrileño improbablemente femenino.
Candelaria pregonando barquillos
como si no hubiera un mañana
Sigue actuando como cupletista en las salas donde lo ha venido haciendo habitualmente en los últimos años, como el Novedades de Málaga, el Lírico de Palma de Mallorca o el Kursaal madrileño. Siempre fue Candelaria muy "familiar" en lo que a sus contratos se refería, pero su carácter dulce y cariñoso junto a su necesidad de ser protegida le jugaron una mala pasada en lo que a relaciones personales se refiere. De "su hombre" se hablaba poco y, probablemente, mal. La discutible protección que le brindaba era sin duda cobrada en demasía. Es una historia que se repite a lo largo de los siglos, una y otra vez, siempre igual. Esta adversa circunstancia personal afectó, como no podía ser de otra manera, a su vida profesional: en 1913 trabaja poco y 1914 no comienza mejor. Además, tiene mala suerte. Un agente le consigue un contrato ventajoso a Candelaria en el Gran Casino de San Sebastián para finales de febrero. Pero cuando llega allí descubre que ha sido contratada en concepto de bailarina de baile español para sustituir a la Argentinita, el descubrimiento de la temporada. Incomprensiblemente el agente se ha equivocado ya que Candelaria era sobradamente conocida tanto para lo bueno como para lo malo, limitaciones incluidas. Su contrato es rescindido al llegar a un acuerdo empresa y artista.
El gran ambiente que hace cien años rodeaba al Gran Casino de San Sebastián
De aquí en adelante el estrellato de Candelaria comienza a declinar. Actuará en sus escenarios de siempre, con la única novedad de su inclusión dentro del elenco de variedades del Romea madrileño. Cuando termina 1915 sus temporadas principales en los dos últimos años han sido las veraniegas, haciendo giras por el litoral mediterráneo casi en exclusiva (Valencia, Denia, la irrenunciable Málaga, etc.). No lo dice, pero en realidad está preparando su retirada. Tiene más de treinta años y sigue siendo considerada como una hembra apetecible, siguiendo los cánones de la época, pero está cansada y ha ganado el suficiente capital como para intentar dejar el artisteo. Su vida personal sigue siendo misteriosa, con el innombrable siempre en la sombra, pero anhela una vida doméstica, familiar y de lo más burguesa, como casi todas sus compañeras del cuplé.
Candelaria preparándose para el frío
invierno de la jubilación anticipada
En enero de 1916 actuará en el Romea junto a las hermanas Malagueñitas, la mediocre cupletista Flérida (protagonista del anterior Intermedio) y la exquisita bailarina Luisa de Vigné. A mediados de mes una afonía pertinaz le hará cancelar su contrato en el teatro de la calle Carretas, en medio de unas críticas adversas que se ensañaron arbitrariamente con ella. Durante todo el año actuará intermitentemente aquí y allá, prácticamente retirada, aunque en el número especial de navidad de la revista profesional "Eco Artistico" aparecerá, a doble página, un curioso reportaje publicitario sobre Candelaria. Se anuncian en él sus actuaciones en la Sala Imperio de Barcelona y que "debuta pletórica de facultades y con unos "gramos" de más". Su dirección artística (la de su agente) está en Barcelona, calle Pelayo número 5, y es en la capital catalana donde se establecerá a partir de ahora.
De 1917 a 1919 se la da por retirada y casi desaparecida. Aún colean algunos ecos de su pasada gloria: durante estos años y alguno más el "Anuario Militar de España" recordará como Candelaria logró reunir 3.163,70 pesetas (¿pero no fueron casi 4.500 las cucas recaudadas?) que donó para los heridos de la guerra de Melilla. Una nueva donación, la de un manto para la Virgen de la Macarena, vuelve a traer su nombre a los rotativos. Nadie lamenta su ausencia aunque todos suponen que está gozando de domésticas dichas disfrutando del dinerito tan duramente ganado desde que era una niña. Nada más lejos de la realidad, pero eso, en la próxima y última entrada sobre Candelaria Medina.

martes, 23 de febrero de 2016

Intermedio: FLÉRIDA Y SU PHOTOSHOP DEL AÑO 1913

Antes de que en 1990 saliera la versión 1.0 de Photoshop y aún antes de que esta aplicación se hiciera universalmente popular, ya existía el retoque fotográfico, el montaje y, en definitva, la transformación de la imagen real en la imagen deseada.
Hay muchos ejemplos en la fotografía de hace cien años (la época del cuplé) de esta afición al retoque que los humanos hemos tenido desde los lejanos tiempos de los retratistas de reyes. Quien conoce el mundo de la fotografía antigua, colecciona postales o simplemente se fija en los detalles, sabe que a las cupletistas y otras estrellas de su tiempo se les estrechaba la cintura, se les borraba las manchas poco estéticas, se les aclaraba la piel, se les aumentaba el volumen de la melena e incluso se les colocaban nuevas piernas o pies (casi siempre las suyas pero en otra posición).
Había auténticos virtuosos del retoque, otros eran meros artesanos y luego estaban, siento decirlo, los chapuceros y cutres en grado sumo.
Aquí os dejo un ejemplo de virtuosismo, mucho me temo que de una postal francesa.
Rosario Guerrero y su cintura de avispa ...
... que no lo era tanto
Y aquí un ejemplo de retoque artesano "made in Spain".

La Chelito, aquí Ideal Chelito, caminando
airosa y despreocupada...
... porque en realidad estaba
cómodamente apoyada en algo 
En fin, estos dos ejemplos son válidos para recordarnos que esto del retoque ha existido siempre y no respetaba ni a una de las reinas españolas de la belle époque ni a la reina del deshabillé a la española. Pero ahora vamos a lo mollar, al ejemplo de la chapuza llevada a su máxima expresión cupletera: la portada del número especial de la revista "Eco Artístico" del 25 de diciembre de 1913, con imagen doble (por si fuera poco) de una efímera cupletista de aquellos años, Flérida.
El sino fatal de Flérida por partida doble: cabecita reducida sobre
abrigo de marta cibelina y cabeza degollada sobre vestido de gasa
Debajo de la cabeza de Flérida se pueden apreciar
incluso el tamaño y  forma del sombrero original
Aquí el burdo recorte de la pluma se hace aún más evidente
¿A quién se le ocurrió cortar y pegar la cabeza de la desdichada Flérida y adosarla en cuerpos ajenos, suponemos que procedentes de algún figurín parisino? ¿Acaso a la propia Flérida, acomplejada por sus escasos atributos físicos? ¿A su agente, en su último día de trabajo? ¿A la propia dirección y redacción de la revista, justamente la tarde del día de la comida navideña de la empresa? ¿Al maquetador, diseñador o lo que fuera, también en su último día de trabajo? Se admiten propuestas, comentarios o lo que tengáis a bien opinar.

Y cómo le tengo mucho cariño a las chicas del cuplé, Flérida incluida, aquí os dejo una foto suya más favorecida que he retocado personalmente, sólo un poquito, porque falta no le hacía.
Flérida en 1914, eligiendo un muérdago de tela
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