La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época

La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época: mujeres ayer admiradas, hoy olvidadas

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Intermedio: La tragedia del cuplé

Prólogo:

La biografía de las cupletistas es tan variada como lo puede ser la de un colectivo formado por cientos de mujeres de procedencias, circunstancias y desenlaces de lo más diverso.
Refiriéndonos a Fornarina se da el caso de una procedencia humilde, una circunstancia de gran éxito y un desenlace trágico, debido a su temprana muerte.
Con estos tres ingredientes se forma un mito. Con tan sólo uno de ellos, una historia al menos digna de ser contada.

La tragedia del cuplé o cómo la realidad supera a las letras de las canciones, por muy tremendas que sean
Teresita Conesa, destino trágico de cupletista
Teresita Conesa murió asesinada, con tan sólo dieciséis años, la madrugada del 28 de febrero de 1906. Formaba parte de las duetistas Hermanas Conesa, junto con su hermana pequeña María, de catorce años. Actuaban en el Edén Concert, popular café cantante de Barcelona con entrada por la calle Conde de Asalto.
Las Soeurs Surger, hermanas francesas
a la manera cupletista
Durante los años dorados de la época del cuplé las parejas de hermanas -auténticas o simuladas- tuvieron cierto predicamento en el mundillo del varietés. Dos señoritas, muchas veces niñas todavía, que interpretaban cuplés con su poquito de baile, su dosis justa de picardía y, ante todo, una belleza esplendorosamente juvenil y aparentemente cándida. Luciendo el mismo atuendo, a la manera cupletista o en números en los que una de ellas hacía de chico con entallado pantaloncito incluido, no es de extrañar que al público masculino mayoritario en aquellos espectáculos le enloquecieran estos números que, de una manera sutil, encarnaban en sus mentes la fantasía erótica del trío.
Dentro de esta categoría artística las Hermanas Conesa no dejaban de ser unas de tantas. De ellas no han llegado demasiados documentos gráficos ni existe suficiente documentación sobre sus actuaciones. No es raro, ya que por su edad debían llevar muy poco tiempo actuando cuando sucedió la tragedia.
Al parecer Teresita (la llamaremos con diminutivo, ya que siempre fue así conocida) empezó como costurera en un taller barcelonés teniendo de compañera a la mismísima Raquel Meller, por entonces aún Paquita Marqués. Ninguna de las dos era famosa todavía pero, aficionadas como eran al mundillo de los teatros de variedades, se escapaban juntas para ver los espectáculos si podían pagar la entrada o al menos acudiendo a la salida de artistas para ver a sus "ídolas". Primero fue contratada Teresita, que era guapa y sabía bailar bastante bien, y que más tarde arrastraría a su hermana pequeña, también muy mona y graciosa, para formar pareja artística. Posteriormente sería Paquita la que comenzaría su carrera artística como "La Bella Raquel", aburrida, tal y como ella contaba, de estar "dale que le das a la aguja todo el día, y luego a casa".
La Bella Raquel, retratada por Sorolla
En el Edén Concert compartía cartel con las Hermanas Conesa una cupletista de mediano éxito y mediana edad llamada La Czarina, en el mundo Manolita González Muñoz. A Manolita le acompañaba habitualmente su madre, algo que era bastante común en la vida y costumbres de las cupletistas, además de un hermano de nombre Benedicto, algo acaso no tan común. Ni lo del nombre ni lo del hermano acompañante...
Al parecer a La Czarina le llevaban los demonios de los celos y la envidia cada vez que veía a las hermanas, especialmente a Teresita. Eran celos artísticos o acaso también de los otros, porque por lo visto de todo hubo. Según cuentan Manolita envidiaba la belleza y la juventud que le sobraban a Teresita tanto como a ella empezaban a mermarle. Se rumoreó sobre algún sujeto u objeto de amores, o más prosaicamente un mero procurador de lujos y caprichos que ambas artistas se disputaban. Acaso el rumor más insidioso fuera el de que el tal sujeto no era otro que el hermano de Manolita, el ínclito Benedicto, un pollo medio chulo, medio agente de su hermana y cuya única profesión conocida era la de guapo.
La Czarina, cupletista con pandereta
La noche del 27 de febrero de 1906 y tras una actuación de las hermanas que no fue demasiado aplaudida, La Czarina se dirigió a Teresita con un despectivo: "¡Qué ovación, mujer!", pretendiendo ponerle en ridículo delante del público.
Teresita que aunque era muy joven tenía ya muchas tablas y una lengua muy afilada, le soltó algo así como: "Es que mis amigos no aplauden como los tuyos, porque yo no soy tan (pongamos complaciente) como tú". Y ahora sí que el público aplaudió con ganas la actuación de Teresita, agradeciendo a ambas cupletistas el número tragicómico que les estaban ofreciendo.
La Czarina, enrabietada, abandonó el escenario para informar de lo sucedido a su madre, que por allí andaba, pidiéndole que buscara a su protector hermano. La madre, hecha una furia (entendiendo que la furia supera a la rabia) se fue a por su hijo, el guapo Benedicto, que también andaba por allí. Tras contarle lo sucedido con su hermana, aumentando el agravio con datos de su propia cosecha, sentenció: "¡Si eres hombre, mátala!". El tipo, de pocas luces, básico, violento e influenciable, llevado acaso también por oscuros motivos más personales, salió al escenario tirando de navaja y asestó a la desprevenida Teresita varias puñaladas, dos de ellas muy graves: una en el hombro y otra en la espalda. Completamente fuera de sí, hirió a varios espectadores que se interpusieron y no paró de lanzar navajazos a diestro y siniestro hasta que un policía -seguramente de los que hacían guardia en las salas de espectáculos- consiguió apoderarse de la navaja y detener al agresor.

Las Hermanas Conesa en una postal de la época.
Teresita es la de la izquierda
Pero ya era demasiado tarde. Tal y como lo narró años después Raquel Meller, Teresita agonizaba desangrada a los pies del tablado con su traje en tonos amarillos y encarnados cada vez menos amarillo. La Meller cuenta cómo se despidió de su amiga, abrazándola y besando en la frente a una Teresita "pálida, muy pálida y muy abiertos los ojos" manchándose con su sangre, y cómo, cuando llegó a su casa, su madre se horrorizó al ver su "faldita de percal toda ensangrentada".
No podemos considerar a la Meller como un testigo demasiado fiable ya que, aunque pálida y con los ojos muy abiertos, Teresita fue trasladada a la Casa de Socorro donde, tras unos primeros momentos críticos, fue estabilizada y trasladada a su domicilio al considerar los facultativos que su estado no era ya tan grave.
La paradoja de la muerte en plena juventud:
el desgarro de la belleza desperdiciada
Esa misma madrugada Teresita murió. Es posible que la medicina de la época no pudiera haber hecho nada por ella y su traslado a domicilio fuese debido precisamente a su condición de desahuciada. Es posible también que la atrasada medicina de la época aún no tuviera los medios suficientes para ver la gravedad de la malhadada cupletista y haberle podido salvar la vida. Cualquier cosa es posible, pero solo una es cierta: Teresita murió con dieciséis años, víctima de la brutalidad, la sinrazón y la ignorancia.

El día 1 de marzo de 1906 Teresita fue enterrada. Asistieron al entierro sus compañeras del Edén Concert, amigos y familiares. Entre ellos su hermana pequeña, María, lloraba en silencio y parecía estar sumida en no se sabe qué vagos pensamientos. Testigo de la brutal muerte de su hermana siendo aún una niña, afectada por la pena, el horror y el miedo, acaso tomó entonces la decisión que cambiaría su vida.

Los espectadores heridos evolucionaron favorablemente. Benedicto y su madre fueron juzgados por el asesinato, pidiendo el fiscal pena de muerte para el asesino y catorce años de prisión para la madre, considerada como inductora. No poseo información sobre cual fue la condena final, eran otros tiempos, menos clementes que los actuales y acaso se hizo lo que el fiscal pedía. La Czarina se libró de ser imputada, no sé muy bien por qué. Me gusta pensar que su condena fue, aparte de ver la situación de su madre y su hermano, el ir languideciendo como la mediocre artista que era, en locales de cada vez peor categoría. Nunca fue una de las grandes como tampoco llegó a serlo Teresita. De hecho, si no fuera por la tragedia de la que formaron parte, sus nombres no habrían llegado hasta nosotros con la trágica fuerza con que lo han hecho. Pero no nos pararemos más en las suposiciones, el epílogo pondrá las cosas en su sitio: la verdadera historia de lo que sucedió después.

María Conesa, estrella revolucionaria
Epílogo:

María Conesa, la pequeña de las Hermanas Conesa, se marchó de España poco tiempo después. Afectada por los trágicos sucesos, impresionada y apenada por la muerte de su hermana mayor, embarcó hacia América. Llegó a México y allí, gracias a su belleza y su talento -aún sin eclosionar en su etapa de las Hermanas Conesa- se convirtió en una admiradísima e influyente cupletista. Se sabe que simpatizó y colaboró con la Revolución Mexicana, que fue amiga y quién sabe si algo más de personajes como Emiliano Zapata, que hizo una fortuna colosal y que se convirtió en empresaria. Cuando regresó a España en los años veinte, tras haber sido detenida por contrabando, se hicieron conjeturas sobre el origen de su fortuna fabulosa, achacándola más a sus actividades delictivas que a su labor artística. Pero ella superó todo esto y más. Su fama llegó intacta, y aún aumentada, hasta mediados de los años 30, siendo considerada como una estrella de innegable luminosidad, a pesar de ser ya una "vieja" de más de cuarenta años. Fue protectora de los artistas españoles en América, en posteriores y muy difíciles tiempos. Generosa y leal, fue querida y respetada hasta el final de sus días, en 1976.

Sí, la pequeña María, la más joven de las Hermanas Conesa, aquella chiquilla asustada que se enfrentó a la crudeza del asesinato de su hermana, alcanzó la fama, la riqueza, el reconocimiento y el respeto en su vida profesional y personal. Toda una superviviente entre las cupletistas.

2 comentarios:

  1. Excelente trabajo de una enamorada de la época, del género y sus intérpretes. Valoro la exquisitez del blog y exhaustiva investigación así como la excelente aportación gráfica. En principio eché de menos la nula mención de las fuentes pero veo que en la pestaña CLAVES Y ACLARACIONES se aporta toda la información. Como amante, intérprete y "cupletóloga" te doy mi enhorabuena por tu valiosa aportación. La actriz e ilustradora Mar Buelga, otra gran aficionada al cuplé, suscribe mis palabras y en breve, estoy segura que se sumará a la felicitación que yo te hago ahora. Espero que pronto nos conozcamos las tres.

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  2. Aunque ya te he dejado mi comentario en tu muro de facebook, ahora lo hago aqui.
    Reitero y suscribo lo que dice Olga María , valoro tus ganas y la gracia con que escojes las fotos, entradas y por supuesto los textos que nos llevan a otras épocas, sin embargo echaba de menos las fuentes. Por lo tanto me sumo a la felicitación y tambien espero conocerte pronto.
    Es genial que se siga hablando de este género y hacer así que: "El cuplé esté más vivo que nunca"

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