La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época

La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época: mujeres ayer admiradas, hoy olvidadas

sábado, 13 de diciembre de 2014

Intermedio:Una navidad de cuplé en 2014

La guapa Victoria Nieto os desea unas felices navidades del año... 1914
Aquí están de nuevo las entrañables e inevitables fiestas navideñas. Pero no nos pongamos negativos. Decir que no nos gusta la navidad no es rasé, no está de moda y no mola nada. Así que si queréis ser más modernos y más felices, zambullíos de lleno en la Navidad del 2014, que tiene sus cosas buenas.
Pero si aún así consideráis que esta época del año se ha convertido en la gran fiesta del consumo y que ha perdido su más profundo significado, no os preocupéis que aquí os dejo una entrada sobre lo que fueron unas navidades de antaño, concretamente las navidades de 1914.
Si preferís aquel mundo del cuplé, si pensáis que cualquier tiempo (navideño) pasado fue mejor, éste es vuestro lugar. Sacudíos la depresión y disfrutad de esta entrada porque una cosa sí que es cierta: hace cien años no estábamos en este mundo y no hubiéramos tenido que cenar con la familia en Nochebuena.

El marco histórico

Empezamos mal. Hace  exactamente cien años Europa estaba en guerra. Una guerra tremenda, de las muy "gordas". De hecho se le llamó en su momento la Gran Guerra. Después pasó a ser la Primera Guerra Mundial. Se le llame como se le llame, un auténtico horror y un auténtico desastre.

"Convoy de prisioneros alemanes conducidos por tropas inglesas a los puntos de
concentración en Francia" (ilustración de Mundo Gráfico en diciembre de 1914)
"Soldado del ejercito alemán, alojado en una aldea de Flandes,
compartiendo su rancho con un niño abandonado"
(primero ocupo tu país y mato a tus padres, después te doy de comer)

Las modas 

A pesar de la guerra, la vida sigue. Especialmente en los países neutrales como España. Aquí se seguían las modas parisinas que, paradójicamente, vivían momentos de crisis bélica y no se podían desarrollar como hubiera sido deseable. Pero también rondaban por ahí los cada vez más pujantes e influyentes EE.UU. de América. En moda, el estilo (obligadamente) más sobrio de este período contrasta vivamente con los excesos de la Belle Époque. Las mujeres se han despojado del corsé y pueden, liberadas de ballenas y estrecheces, ponerse "moradas" en las comilonas navideñas. Les queda poco: en los años veinte el ideal femenino será de una delgadez andrógina. Pero mientras tanto, en los tiempos del cuplé, las señoras pueden seguir permitiéndose el lujo de estar tan rellenitas y apetitosas como un pavo al horno.
Esta capa de paño, cortada al bies y plisada en la espalda,
fue una de las prendas estrella del invierno de 1914
(la expresión de vampiresa era optativa) 
Para la noche, vestidos de talle alto inspirados en la antigüedad griega.
Su aparente sencillez se sustentaba en frunces estratégicos y tejidos de gran caída
(la clave era la languidez y la única que podía mantenerse tiesa era la pluma)
"Peinado de señorita, visto de perfil y de frente. Se ejecuta con el cabello liso,
reunido en la nuca formando un sencillo rodete sostenido por peinetas
de fantasía. Un flequillo corto y rizado vela la frente"
La actriz de teatro Mercedes Pérez de Ayala luciendo un soberbio tocado con aigrettes
y un vestido línea imperio, con un impresionante collar de oro y corales

Mademoiselle Lucie, gentil artista francesa de variedades,
lleva un sombrero negro con amazona blanca, un estilo
muy belle époque y al que le queda poco tiempo de vida

Las comilonas

La gente celebraba los ágapes navideños en familia, sí, lamento decirlo, pero entonces como ahora en Nochebuena y Navidad se cenaba y se comía con familiares y allegados varios. Si te invitaban, llevabas un detallito (ver el capítulo dedicado a los regalos) y si recibías en casa te esmerabas en el empeño hasta la extenuación. En esto poco hemos cambiado.
A continuación varios ejemplos de menús navideños de 1914. No incluyo receta, sería inútil, ya comprenderéis por qué.
"Anguilas aderezadas con mantequilla de Flandes servidas en terrina de barro de forma de estrella. Faisán relleno de jamón trufado, guarnecido con criadillas y coles de Bruselas. Anguilas a la gelatina servidas en terrina de barro de forma cuadrada. Pastel de liebre trufada, guarnecido con gelatina perfumada con esencia de limón. Bizcocho bañado con crema de chocolate, guarnecido con guindas y arabescos sobrepuestos de mantequilla, batida con vainilla"

"Jamón en lonjas, servido con rollos de hojaldre, rellenos de un picadillo de perdiz trufada. Pescadillas fritas, guarnecidas con rodajitas de clara de huevo duro y alcachofas rellenas. Turrón de piña, dispuesto en una bandeja de cristal, rodeado de frutas en dulce, cortadas en forma de flores, triángulos y cuadritos. Lubina al gratín, guarnecida con huevos duros y medios limones, cortados en forma de flores"

"Pavo trufado, guarnecido con gelatina y cogollos de coliflor, preparados con salsa blanca. Manojito de setas preparado para guarnecer platos de solomillo o ternera"
Para lucir tan elaboradas y magníficas viandas, nada mejor que estos manteles bordados. La sencillez y el minimalismo no estaban de moda en las mesas de 1914.
La profusión de encajes, puntos calados y jaretones de los manteles de la época
chocaban con el estilo cada vez más rectilíneo y sobrio en la decoración
Los profusos calados pedían visos (forros para la mesa) en colores
vivos como el rojo naranja, el verde musgo, el maíz y el azul porcelana
La cancionista Emma, ligeramente encorsetada, disponiéndose
valientemente a una de las cenas anteriormente expuestas 

Los regalos

En regalos la cosa ha cambiado poco en estos cien años: la botella de vino, la caja de bombones, la corbata, el frasco de perfume, los juguetes para los niños... más o menos lo mismo que ahora con alguna notable excepción. Por ejemplo, la lencería. Regalarle a tu novia o esposa un bonito conjunto de ropa interior era algo impensable, a no ser que se tratase del ajuar dispuesto por una madre o alguna mujer de la familia con tiempo, dedicación y cantidades industriales de tela a su disposición.
Estos ajuares se hacían a mano y nacían con vocación de durabilidad de por vida. Aquí os dejo algunos ejemplos.
Conjuntos de camisa y pantalones (pololos) de hilo,
con sus obligados entredoses y lazadas de raso
Más conjuntos interiores, esta vez con la "sencillez"
y la "comodidad" que aportaban los plisados
Y por último, camisones de muselina y nansú (batista fina), un estilo para todas las épocas
Entre los regalos más populares se encontraban los perfumes o las aguas de colonia, dependiendo de las posibilidades económicas de cada uno. Incluso los jabones de tocador, considerados como artículo de lujo, podían ser un buen regalo para las señoras (y para algún que otro caballero).
Perfume "White Rose" de la California Perfume Company
El jabón "Flores del Campo" prometía permanencia
Y el de "Heno de Pravia" suavidad
Para los hombres, aparte de las socorridas corbatas, el regalo estrella era el reloj. Se llevaban los de bolsillo (para el chaleco) aunque empezaban a estar de moda los de pulsera. Unos gemelos haciendo juego eran ya el acabose.
Estos relojes de bolsillo para caballero con caja de oro y brillantes,
todo un lujo al alcance de muy pocos, costaban entre las 100 y las 350 pesetas
Los gemelos de oro de 18 k con diamantes finos
en "modelos clásicos de novedad y buen gusto" 


Los viajes

Viajar era cosa de ricos. Los destinos favoritos, en tiempos sin aviación comercial, no pasaban precisamente por las playas caribeñas si vivías en Europa. Aquí estaban de moda los deportes de invierno y los españoles pudientes preferían Suiza para estas actividades. Aunque siempre se podía hacer algún viaje corto y de tipo cultural, como por ejemplo a la sobria y castellana Segovia. De todos modos, viajar no era la prioridad en la que ahora se ha convertido; estos tiempos en los que no eres nadie si no pasas todas o parte de las navidades en algún exótico destino.

Vista del Alcázar de Segovia tal y como era en 1914. El monumento,
después de una guerra, no ha sufrido grandes cambios, no así el entorno natural

Vista del pueblo de Davos Dorf en 1914
Davos Dorf en la actualidad

Los inevitables

En toda navidad (en este caso española) hay unos clásicos inevitables que se repiten año tras año. El turrón, la lotería, las iluminación navideña, las campañas benéficas,... Excepto por la retransmisión de las campanadas por la televisión y unos pocos detalles más, las navidades de hace cien años tenían ya algunos de los clásicos inevitables que aún mantenemos. Algunas veces, a nuestro pesar.
El Gordo de la Lotería de 1914 correspondió al número 50.047 y cayó en Ripoll (Girona)
Ahora se llaman de otra manera, pero tras las comilonas navideñas
los antiácidos han sido y serán siempre un clásico inevitable

La sidra El Gaitero, tal y como se publicitaba hace cien años
En la actualidad ha perdido el calificativo de "sidra champagne"
La reina Victoria Eugenia visitando a los niños ingresados en el
Hospital de San Rafael, atendidos por los hermanos de San Juan de Dios
Por entonces no existían las macro fiestas de Nochevieja, pero había locales
para la juventud como éste cuyo reclamo era el de reunir
a "todas las artistas de variedades" 

Los espectáculos

Si durante todo el año la oferta de espectáculos en cartel era abundante, en Navidad se convertía en abrumadora. Era costumbre asistir a representaciones de todo tipo en estas fechas, incluso en la misma Nochebuena (antes o después de la cena), el día de Navidad y no digamos en la más "golfa" Nochevieja.
Había quien prefería el teatro serio y la ópera. Había quien optaba por las variedades y el cuplé. Y también había, y eran legión, los que iban indistintamente a unos y otros espectáculos. Recordad, la televisión, los smart-phones e internet no existían. Pero sí existía ya el cine, que comenzaba a vivir su época de mayor popularidad.
Esta temporada, en el Liceu de Barcelona triunfan dos figuras extraordinarias
de la ópera: el italiano Titta Ruffo y la española Elvira de Hildago,
posteriormente maestra de canto de María Callas
En el Teatro Real de Madrid triunfa Genoveva Vix en "La Traviata",
aunque sus méritos se basaban más en su belleza que en la voz
En el Teatro Español se estrena la tragedia en verso "Aben Humeya"
En el Apolo, algo más digerible y ligero: "Te la debo, Santa Rita"
En la Zarzuela "¡Al fin solos!", opereta de Lehar, un género en auge
En el Martín triunfa otra opereta, "El soldado de cuota"
Y en el Price, la película "Cabiria" (con guión de Gabriele D'Annunzio) se convierte en una de las primeras superproducciones de la historia del cine en tener un éxito masivo

Las cupletistas

Este es un blog sobre el cuplé, ya lo sabéis. Así que ellas no podían faltar. El género está en su momento más alto y se ha adecentado convenientemente con la llegada del cuplé sentimental y dramático. Los excesos sicalípticos comienzan a ser cosa del pasado pero todavía quedan unas cuantas chicas vistosas e insinuantes (con mayor o menor talento), que se incorporan alborozadas al mundo del cuplé.
Adela Lulú, también conocida como Adelita Lulú, la Bella Lulú o Lulú a secas,
está triunfando en las navidades de 1914 después de años de esfuerzo
Ángeles Otteín, soprano de las serias, nos dejó esta pose digna
del cuplé y por eso la incluyo en este apartado
A "La Criollita" le dedicó Nuevo Mundo en Navidad una portada
que más digna hubiera sido del número del Día de Difuntos
(lo que ahora viene siendo Halloween, para entendernos)
María Mosquera, la gentil "Flérida", empezaba a hacerse
un hueco en el mundo de las variedades selectas

Tambien Frú-Frú triunfa en las navidades de 1914 y aunque
su carrera fue corta nos dejó su bonita sonrisa

Epílogo

Entonces como ahora las navidades eran lo que son. Ninguna nostalgia de tiempos pasados puede hacer que pasemos con mejor o peor talante una época determinada. Nada fue mejor entonces ni es mejor ahora, ni tampoco peor. ¿Era entonces la gente más ingenua, más natural y sencilla? ¿Hay ahora una mayor igualdad social? ¿Es posible cocinar como entonces se hacía? ¿Era mejor Adelita Lulú que Lady Gaga? Ahí os dejo tan trascendentales y filosóficas preguntas.
Y mientras encontráis la respuesta, pasadlo bien que esto dura poco.

Os deseo la mayor de las felicidades esta Navidad de 2014 y para el Año Nuevo de 2015.
Aunque también os deseo esa felicidad cualquier otro día del año.
Y que me sigáis leyendo...

DEDICADO A TODOS MIS LECTORES, A TODOS LOS AFICIONADOS AL CUPLÉ, A TODOS LOS BLOGUEROS Y, ESPECIALMENTE, A MI AMIGA MARGA DE "EN ATENEO"


5 comentarios:

  1. Una espectacular entrada! Lograr recordar e ilustrar todos estos aspectos de la vida de aquella época es un gran trabajo y el resultado es hermoso. Felicitaciones y mil gracias!!!!

    Felices fiestas y FELIZ 2015 ¡
    Un beso

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  2. Eres genial,muchas gracias por tu hermoso y documentado blog, homenaje a tantas mujeres !!!

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    Respuestas
    1. Gracias, muchas gracias por seguirme. Efectivamente, quiere ser un homenaje a aquellas mujeres que tanto trabajaron y tan famosas fueron, ahora tan olvidadas. Felices Fiestas.

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  3. Te sigo desde canarias,un abrazo fuerte !!!

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    Respuestas
    1. Gracias por seguirme, y afortunado (o afortunada) tú por hacerlo desde las Canarias. Felices Fiestas.

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