La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época

La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época: mujeres ayer admiradas, hoy olvidadas

jueves, 12 de enero de 2012

LAS OTRAS: Bella Oterito (I)

La Bella Oterito, una bella olvidada, tuvo una vida intensa
y una carrera corta pero llena de éxitos internacionales

Bella Oterito, bailarina

Eulalia Franco, la Bella Oterito, ha resultado para mi todo un descubrimiento después de haber investigado su vida y obras. Espero que encontréis su olvidada biografía tan apasionante como a mi me ha parecido, ya que reune algunos ingredientes de muy original factura. Por tener, tiene hasta más de un misterio que resolver y alguna que otra escandalosa conclusión.
Al parecer nace en 1890 (tengo mis dudas, que creo fundadas) en algún lugar desconocido de España que ella misma puso gran empeño en ocultar, tal y como otras hacían, para simular un exotismo que le daba cierta pátina interesante. Particularmente he llegado a la conclusión de que podría ser madrileña, de la capital o proveniente de algún pueblo de la provincia. Otra opción sitúa sus orígenes en algún lugar de Andalucía del que nunca hiciera bandera.
Comienza su carrera como bailarina extremadamente joven, alrededor de los ocho años, ya que aparece en el cartel del teatro Maravillas como Srta. Franco, junto con su maestro de baile, el prestigioso Matías Turrión. La primera reseña con su nombre completo aparecerá en la prensa madrileña durante el verano de 1900, formando parte del cuadro de baile "Las Niñas Gaditanas", compañía que había constituido el ínclito Turrión con algunas de sus más aventajadas (y muy precoces) alumnas. A la pequeña Eulalita la llaman con cariño "bailarina en miniatura" y es la más aplaudida entre sus compañeras. Se habla incluso de un ventajoso contrato que la llevaría a actuar en París, con motivo de la Exposición Universal que se celebra allí en este año de 1900.
"El maestro Turrión enseñando sevillanas" en 1902.
Eulalia está a la izquierda del cuadro central
Entre las alumnas de Turrión, Eulalia destacaba
por su belleza, su talento y su cinturita de avispa
No es seguro que actuase en la capital de Francia siendo tan niña, pero sí es cierto que más adelante lo hará, y con gran éxito. De momento volvemos a tener información sobre su incipiente carrera con motivo de una actuación suya en el teatro Zorrilla de Valladolid, en noviembre de 1900, y esta información no tiene desperdicio: la llaman Petite Otero (atención a este alias, el primero de muchos), la función se celebra en su beneficio (algo que sólo se hacía con artistas consagradas) y la califican como bailarina y concertista, no sabemos de qué. La niña actúa en todos los números, lo cual hace entender en cierta medida lo del beneficio ya que si ella sola se lo guisó, sin duda ella sola merecía comérselo.
Eulalita en 1901, con apenas 11 años, estaba
sospechosamente desarrollada para su edad
Pasan unos meses y en febrero de 1901, con todavía diez añitos o a lo sumo once recién cumplidos, nos la volvemos a encontrar en la prensa pero no con motivo de ninguna actuación. Aparece nada menos que en las páginas de sucesos ya que es protagonista de una historia que oscila entre lo tonto y lo surrealista:
Camina Eulalita por la flamante y recientísima Ciudad Lineal de Madrid, acompañada por su maestro de baile Matías Turrión, el padre de éste y una perrita que la niña lleva de su mano con la correspondiente correa. Inopinadamente aparece ante ellos un sujeto, de hecho un guarda privado procedente de alguna finca. El sujeto mira a la perrita y decide que es suya, la misma perrita que al parecer le habían robado hacía unos días. Llama ladrona a Eulalita, ésta es defendida por los caballeros que la acompañan, se cruzan insultos y explicaciones, y al final el guarda se da la vuelta y se marcha aparentemente sosegado. Pero tan solo aparentemente, ya que vuelve a cruzarse en el camino de la pequeña bailarina y ésta vez lo hace armado de una impresionante escopeta con la que amenaza a niña, maestro y padre de maestro. Matías, hombre aún joven y en forma, forcejea con el enfurecido guarda, suena un escopetazo y éste último cae al suelo herido en una pierna. Resumiendo, el guarda se pasa más de un mes hospitalizado y Matías es acusado por un delito de lesiones graves por el que se le pide prisión correccional. Al parecer todo se quedó en una multa de 125 pesetas por "lesiones menos graves", pero de la perrita, siento decirlo, no hay más noticias.
Esta historia no tendría más importancia si no fuera porque nos da algunos datos clave en el futuro de la pequeña bailarina, ya que Matías Turrión no fue solo su maestro de baile y valiente caballero defensor, sino que también se convertiría en su pareja sobre los escenarios y fuera de ellos. En cuanto a la Ciudad Lineal, entenderemos qué pintaban en ella si decimos que se encontraba en plena operación de venta de fincas y construcción de hotelitos. No digo más, de momento.
Prototipo de hotelito de lujo en la primitiva Ciudad Lineal
La figura de Matías Turrión, lejos de ser secundaria en la historia de la Bella Oterito, tiene interés por él mismo y por lo que significó en la carrera de su alumna. El también fue alumno, en su caso del célebre Angelito, que formó el cuerpo de baile "Los niños sevillanos", famoso en su época. Aventajado discípulo, Matías se convirtió muy joven en maestro de baile de reputada fama en los escenarios madrileños, y ya a finales del siglo XIX había formado su propia compañía, habiendo llegado a arrendar el teatro Maravillas. Su academia, una de las más prestigiosas junto con la del maestro Cansino (el apellido real de Rita Hayworth, con quien tiene algo que ver), estaba especializada en la enseñanza a niñas de baile español, más concretamente andaluz y aún más específicamente en sevillanas de la escuela bolera.
Una realmente pequeña Petite Otero en "La Maja",
coreografiada por Turrión...
...y aquí en un paso de los tientos
Turrión había preparado a multitud de jovencitas, con alguna de las cuales había formado ya pareja de baile sobre los escenarios. Las cosas le fueron bien: a primeros del siglo XX era ya un hombre famoso y acaudalado, lo que demuestra el hecho de haber podido comprar una finca en primera línea de la Ciudad Lineal(1).
Villa Oterita, que ya no existe en la actualidad, se encontraba en la confluencia de López de Hoyos con Arturo Soria, sin duda un lugar privilegiado, y fue construida en 1909. Cuando sucedió el episodio del perro, Matías ya vivía en Ciudad Lineal pero en la también desaparecida Villa Franco Turrión. Siendo Franco el apellido de Elulalia, descartando un parentesco directo entre ellos (acabaron casándose) y teniendo en cuenta que esta villa es anterior a Villa Oterita, he aquí el primer misterio en la verdadera naturaleza de la relación entre ellos. Dejo abierto el apartado de los Comentarios, por si tenéis algo que aportar o deducir.
Lo que sí es cierto es que Villa Oterita aparece en uno de los planos a nombre de Eulalia Franco, que hacia 1909 probablemente estaba ya casada con Matías o a punto de estarlo. Ya os he contado en otras entradas del blog que, junto con las joyas, una de las mayores aspiraciones de cupletistas y artistas de la época en general, era la posesión del preciado hotelito en Madrid. No sólo se trataba de vivir en un lugar privilegiado, marcando distancias con el resto de compañeras menos afortunadas en el artisteo, también -y sobre todo- el hotelito era una inversión de futuro, en unos tiempos en los que un bien inmueble se revalorizaba en Madrid con total seguridad. De hecho, en 1923 Villa Oterita se puso en venta, muy seguramente debido al declive de las carreras de Eulalia y Turrión. De todas formas los ecos de la pareja han perdurado en la zona: ya en 1914 había una calle con el nombre de Matías Turrión, que todavía existe, perpendicular a la de Arturo Soria.

Hotelito burgués de la Ciudad Lineal.
El precio era todo un capital a primeros del siglo XX
En definitiva, Turrión ya era un hombre joven, pudiente y famoso cuando conoció a Eulalia, que era una niña de menos de ocho años cuando entró en su academia. Por cierto, en alguna crónica de la época se dice que el maestro Turrión era en realidad tío de la pequeña bailarina. El tratamiento de "tío" fue, durante muchos años, el más indicado (y el más conocido) para ocultar otro tipo de relación entre un hombre adulto y una mujer mucho más joven. Como vemos, toda esta confusión de parentescos, compras de terrenos, parejas artísticas, etc, ocultan o parecen ocultar algo más sórdido. Si es cierta la edad de Eulalia, que bien podríamos poner en duda, estamos ante una historia poco ejemplar que dejaré en cuarentena pues no tengo datos suficientes ni quiero ofender a nadie.

Eulalia, polifacética donde las haya, tocaba la
bandurria, la guitarra y lo que le echasen
Pero sigamos con la carrera artística, que tiene también giros sorprendentes y muy interesantes. Eulalia, que todavía aparece en las carteleras con su nombre y apellido reales, forma como ya hemos visto pareja artística con Turrión y con él actúa en el teatro Actualidades (por entonces, en pleno apogeo) durante unos meses de este año de 1901. En octubre es contratada en el coqueto Japonés, con el apodo de Oterito (segundo alias que se le conoce) como concertista de bandurria y copólogo. Lo de la bandurria se entiende, lo del copólogo hay que explicarlo: se trata de un concertista de vasos de agua que, llenos en diferentes cantidades, forman melodías con tan sólo pasar un delicado dedo por su borde. Con la bandurria toca "Cavalleria rusticana", con los vasos no se especifica el repertorio. Pero el caso es que tiene un gran éxito ya que, no sólo es habilidosa y simpática, sino que además es ya considerada toda una belleza. Nadie parece reparar en su edad, yo tampoco lo haré.
Ciertamente es guapa. Tiene unos sorprendentes ojos claros, enormes, expresivos y rasgados, y su abundante pelo, oscuro y ondulado, partido con raya en el centro, recuerda sin duda al de la Bella Otero. De este parecido y de la admiración que por la célebre cortesana siente la niña, viene sin duda el remoquete por el que fue principalmente conocida.

Eulalia jugó toda su vida con su parecido con la Bella Otero
y, de hecho, "engañó" hasta a los mismísimos franceses
En noviembre de 1901, año que bien podríamos considerar como el de su despegue, está actuando en el madrileño pueblo de Leganés dentro de una compañía juvenil de baile dirigida, cómo no, por el maestro Turrión. Tiene un gran éxito y sobresale entre las demás por su belleza y múltiples habilidades. Llegan a compararla con la eximia cómica Loreto Prado, que aún siendo una exageración nos da la idea de que la niña no sólo baila, es copóloga y toca la bandurria, sino que además actúa con cierto gracejo y buenos resultados.
Sin duda nos encontramos ante una de las figuras más representativas del varietés a la española, ya que aún siendo principalmente bailarina, fue una auténtica todoterreno capaz de meterse en todo lo que se le ofreciera o por su mente pasara, acaso con más audacia que talento. Y así actuará en los escenarios más significativos del género ínfimo como el Actualidades o el Japonés, donde interviene en la función de Inocentes de 1901 junto a emblemáticas figuras del cuplé como Luz Bel, Susana Aura o Adelita Lulú.
Susana Aura, cancionista y bailarina francesa,
fue pionera del cuplé y las variedades en España
En junio de 1902, después de una temporada dedicada a la "gira por provincias", regresa a Madrid y es contratada por el París-Salón, en el número 10 de la calle de la Montera, en un espectáculo por secciones donde comparte escenario con cupletistas como Pilar Monterde o la Bella Belén. Eulalia es anunciada como "notable tiradora", dándole un giro más a su sorprendente carrera, y se dice de ella que tira al blanco como el mismísimo Guillermo Tell... pero muchísimo más mona. Tan mona es, que la empresa decide alejar su delicada figura del peligro de las armas y le da papeles, no protagonistas pero sí muy lucidos, en las dos obritas de género ínfimo que allí triunfan aquella temporada: el ensayo cómico-lírico-bailable "Portfolio del desnudo" y el espectáculo de aires andaluces "En Triana". Mientras esto sucede en el París-Salón, no muy lejos de allí triunfa en el Japonés una todavía desconocida Fornarina, haciendo de estatua viviente en la pantomima "El pachá Bum-Bum". El género ínfimo está en pleno apogeo.

Las sicalípticas bailarinas del "Pachá Bum-Bum"
en plena ejecución de un exótico baile
El 4 de julio de 1902 se celebra, en el teatro Variedades de Madrid, una representación en beneficio de Turrión en la que Eulalia se convierte en la principal estrella. Ella solita canta, baila, tira al blanco, declama y hace de excéntrica musical tocando el xilofón. Como final apoteósico actúa en la obrita "La Soleá" junto al resto de la compañía y recibe unánimes críticas positivas. Curiosamente, Turrión no baila con ella sino con Pilar Olivares, bailarina de más edad y mayor renombre. En la compañía, y en el teatro, abundan las mujeres jóvenes y bonitas. A nadie le extraña, ya que Turrión tiene fama de ir muy bien acompañado allá donde actúe.

Pilar Olivares, especializada en baile español.
tuvo cierta fama dentro y fuera de España
La niña, con sus esplendorosos doce años, se ha convertido en el descubrimiento de la temporada. Su polifacético talento y su esplendorosa belleza en ciernes, llama la atención de las agencias de variedades, y es en esta época cuando, tras los éxitos conseguidos por Eulalita en la escena madrileña, maestro y discípula reciben una primera propuesta para actuar fuera de España. No se lo piensan dos veces y comienzan una larguísima gira que les llevará no sólo a América sino también de vuelta a Europa, donde ya convertida en Belle Oterita, la pequeña bailarina conseguirá grandes éxitos en París. Pero eso forma parte de la segunda entrada dedicada a su tan olvidada como interesante figura.

(1) Gracias a Ricardo Márquez y su maravilloso blog "Historias Matritenses" (historias-matritenses.blogspot.com), a Miguel (uno de sus seguidores) y a la información recogida en el libro "Un paseo por la Ciudad Lineal" de David Miguel Sánchez. Con su inestimable colaboración os puedo dar algún dato más al respecto de Villa Oterita u Oterito, que con ambos nombres aparece en diferentes medios.

7 comentarios:

  1. Estoy deseando leer la segunda entrega de la historia de la Bella Oterita, desde que ví las primeras imágenes de ella quise saber algo de su biografía. Solamente sabía que se habia casado con un coreógrafo y que vivió en Ciudad Lineal. Pero no me esperaba que tuviera una vida tan interesante.

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  2. ¡Me encanta este blog!
    Enhorabuena por el trabajo y el afecto que se percibe detrás de sus líneas.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, detrás de cada entrada hay trabajo y afecto. Afecto por los personajes y por vosotros, los lectores.
      Seguiré trabajando para ti y todos aquellos a los que les gusta mi blog y lo siguen.
      De nuevo, gracias.

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  3. El tema es fascinante! La hermanita de mi padre comenzó en las tablas y el cuple a los siete años siendo mi padre su representante artistico. Su apodo, La Bella Carmencita, y se presento en Venezuela, Colombia y Panama con rotundos exitos. Ahora pienso que de La Bella Oterito quien también empezo siendo una niña derivo el apodo de mi tia. Sobre esto escribi una obra de teatro disponible en Amazon titulada La Vida? Un Teatro!

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    1. Me encantará recibir más información tuya sobre La Bella Carmencita, aunque las Bellas y los diminutivos fueron numerosos y no necesariamente la Bella Oterito derivó su apodo del suyo. Buscaré en Amazón tu obra de teatro. Gracias por leerme.

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  4. En el libro "Españoles en Paris", de L.Bonafoux, publicado en 1912, hay un capitulo,dedicado a esta figura..

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    1. Gracias por la información. Siempre me has ayudado mucho y lo sigues haciendo. Recibe todo mi cariño.

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