Fornarina fotografiada por Calvache, promocionando
el perfume "Violeta Tenax" en 1910
Después de su triunfal presentación en la Comedia, Consuelo vivirá unos años (desde 1910 hasta principios de 1913) caracterizados por la estabilidad, tanto en el terreno artístico como en lo personal.
Una estabilidad que no se basaba precisamente en el sedentarismo: hasta casi el final de su carrera, Consuelo no dejará de hacer giras por toda España y seguirá actuando en el extranjero, donde seguirá siendo contratada en los teatros parisinos principalmente, aunque también en Londres, Berlín, Viena, etc. De hecho seguirá teniendo su domicilio oficial en París, a efectos de su contratación, y residirá en hoteles (especialmente el Palace, a partir de 1912) durante sus estancias en Madrid, entre viaje y viaje.
Se ha convertido en una mujer muy rica y ya está buscando el ansiado hotelito, en el que sueña retirarse al final de su carrera. Su fortuna en joyas no hace más que aumentar, y se basa sobre todo en sus propias adquisiciones, aunque también en los regalos de sus admiradores. En 1913 será víctima de un presunto intento de estafa por parte del joyero Lacloche, francés con tienda en la calle Sevilla de Madrid (los hermanos Lacloche se harían años más tarde muy famosos por sus joyas art decó). El joyero y la cupletista terminarán en los tribunales, pero esto forma parte de otra historia que merece su propio intermedio.
Mientras tanto, entre joya y joya, Fornarina continúa actuando. Y a pesar de ser una figura indiscutible, sigue teniendo desencuentros con el público, con sus pequeños escándalos incluidos.
El 2 de junio de 1910 tiene un debut inolvidable en la sala Novedades de Málaga. De lo que pasó en realidad, pocos datos nos han llegado, pero es el caso que un gesto o ademán de Fornarina durante su actuación, es interpretado como un desaire, incluso como un insulto, por el público malagueño. Al parecer dicho gesto fue una especie de "corte de mangas" que Fornarina siempre sostuvo que no fue tal sino un movimiento que formaba parte del número que estaba interpretando. Pero el escándalo fue mayúsculo y llevó al público a protestar en la céntrica calle Larios, organizándose una espontánea manifestación de indignados espectadores que duró hasta la madrugada. Resultado: Fornarina rescindió el contrato con el Novedades, siempre justificándose en que había sido malinterpretada.
Del incidente de Málaga se habló poco en la prensa. Pero es reseñable el tono serio de los artículos que a él se refieren, teniendo en cuenta que los pequeños escándalos de las cupletistas y sobre todo los de Fornarina, la favorita del público, siempre habían sido tratados por la prensa con simpatía y buen humor, incluso con un punto de comicidad. Esta vez el tono ha cambiado, en parte debido al cambio de estátus de Consuelo, que ha pasado de gentil divette a indiscutible diva de los escenarios. Pero también a cierto sutil cambio en el gusto de público y crítica con respecto al género del cuplé. El descaro ya no vende y ahora ya no basta con que la cupletista sea fina y educada, además tiene que parecerlo y ejercer de ello.
Olvidado el escándalo del Novedades, el día 10 Fornarina está actuando en Melilla. Junto con unos amigos hace una excursión a Nador, colonia española en el Rif en aquellos momentos y destino turístico más que dudoso. De esta visita nos queda esta crónica humorística que apareció en "Madrid Cómico":
"Melilla, 10 (7 tarde).- Fornarina sin novedad, a pesar atracón higos chumbos. Visitó Barranco Lobo. Habló con moro Gato. Hoy ha estado en una batería examinando piezas artillería Saint-Charmont; aseguró haberlas visto mayores. Por la tarde fue a Nador, atravesando los arroyos del Jemis. La penetración pacífica de Marruecos, por lo que se ve, es un hecho. Fornarina me ha autorizado para que haga público su propósito de abandonar el trabajo chico y dedicarse al gran trabajo, o sea la alta comedia."
Continúa con su gira española y en el mes de julio está actuando en el Gran Vía de Barcelona, donde el día 20 tendrá lugar la actuación de su beneficio(1). Barcelona, ciudad de gran tradición en el cuplé y cuna de excelentes artistas del género, siempre le dispensó a Fornarina una cálida acogida, a pesar de sus reticencias hacia todo lo que viniera de Madrid.
Después de unos días de vacaciones y antes de su regreso a París para la temporada de otoño-invierno, Consuelo acude al teatro Arriaga de Bilbao pero no como artista sino como espectadora, para asistir a la representación de "La brocha gorda", sainete cómico-lírico donde su amiga Loreto Prado hace una celebrada imitación de Fornarina.
En el caso de la genial Loreto, más que imitación lo que hizo esta gran actriz fue una acertada recreación humorística de su apreciada amiga. Sin embargo, no fueron precisamente imitadores lo que le faltaron a Fornarina en cuanto alcanzó el estrellato.
El más célebre fue el transformista e imitador de estrellas, Ernesto Foliers. Durante 1911 fue primera figura en el Price de Madrid haciendo imitaciones de Fornarina y Amalia Molina, entre otras. Dedicado en exclusiva a las cupletistas, llegó a ser un artista muy bien considerado en las variedades. No fue el único transformista que llevó el personaje de Fornarina en su espectáculo, y también fueron muy aclamadas las imitaciones de Graells o Salmar.
Ernesto Foliers fue uno de los grandes transformistas de su tiempo
El transformista Salmar "clavando" a Fornarina
Otra imitadora, aunque sólo fuera en el nombre, fue Lolita Juan, "La Petite Fornarina", que en abril de 1911 actuaba en Madrid y era anunciada en el cartel de Lo Rat Penat como cantante de couplets "Jupe-culotte". El nombre lo dice todo y poco más sabemos sobre ella.
Cierto es que estos imitadores, de mayor o menor talento, surgieron precisamente en los años en que Fornarina actuaba frecuentemente en el extranjero, valiendo así como una suerte de suplentes de la estrella, para un público que probablemente añoraba a una Fornarina de carne y hueso, tan auténtica como ausente.
En 1911 Consuelo es la cupletista más famosa y mejor pagada. Su agenda es apretada: el 15 de febrero debuta en el Novedades de Barcelona; vuelve de París en abril para asistir, el 4 de abril, a la actuación de Yvette Guilbert en el teatro de la Comedia "desde un palco y luciendo elegante toilette"; el 2 de mayo debuta en el Principal de San Sebastián, el éxito es sonado y es contratada para la temporada de verano; del 22 al 25 de mayo está actuando en Oviedo; procedente del extranjero regresa el 23 de julio a San Sebastián, donde actúa hasta el 25, fecha en la que se celebra su beneficio y en el que le regalan "una sombrilla con un topacio en el puño más grande que una almendra"; sale corriendo al día siguiente para Lisboa, donde ha sido contratada. Vamos, que no para.
San Sebastián es a principios del siglo XX el destino estival favorito para la realeza y la aristocracia españolas. La burguesía y, en general, la gente "bien" pusieron de moda la capital donostiarra para los veraneos elegantes y glamurosos. Fornarina no es ajena a esta moda -para glamurosa, ella- y regresa en agosto para pasar allí unos días como una bañista más. Los veraneantes comentan la repentina abundancia de Don Procopios, (algo así como "viejos verdes") en la playa de la Concha, que acuden al reclamo del espectáculo gratuito de la temporada: "El baño de la Fornarina".
Estas actuaciones veraniegas en lugares de la costa española (y también francesa) pueden parecer unas vacaciones encubiertas, pero en realidad era algo muy común entre los artistas de variedades, ya que en esta época del año era en los centros de veraneo donde se encontraba el público más selecto y pudiente, aquel que precisamente podía permitirse unas vacaciones en la playa. En el caso de Consuelo, las vacaciones son breves y a finales de agosto está actuando en el Salón Pinacho de Vigo, ciudad también costera y turística, muy aficionada al cuplé y a Fornarina.
En septiembre, entre actuación y actuación, todavía tiene tiempo Fornarina para que surga la inevitable serpiente de verano, esta vez a su costa: se habla, se dice, se rumorea que Consuelo está a punto de casarse con cierto joven literato(2). Ella lo desmiente, divertida, y dice que es sólo uno de sus muchos amigos y admiradores y que ella está casada con el arte. La respuesta se balancea peligrosamente entre la vanidad y la frase hecha, pero no por ello deja de ser cierta: a Consuelo no le faltan los admiradores y, ciertamente, no se le conoció unión más duradera que la que tuvo con monsieur couplet. Teniendo en cuenta la muy especial clase de relación existente entre Consuelo y Cadenas, alimentada a base de achares, rupturas y reconciliaciones, no sería de extrañar que este rumor hubiera salido de la propia Fornarina.
En esta imagen promocional que simula el saludo tras la función,
podemos ver a Cadenas, Fornarina y Quinito tal como eran en 1911
Por estas fechas surge otro rumor sobre otra boda, esta vez entre Bombita y La Goya. En este caso las flechas de los periodistas estuvieron más cerca de dar en el blanco pues, aunque nunca hubo boda, sí hubo relación -larguísima y muerta de puro aburrimiento- entre el torero y la cupletista.
Precisamente en este año de 1911, un lunes 20 de febrero se casaron, muy discretamente, otra cupletista y otro torero: Pastora Imperio y Rafael Gómez "El Gallo", gitanos ambos, tremendos los dos. La famosa novia había sido raptada unos días antes por el no menos famoso novio y se celebró el enlace en el máximo secreto, con oscuras nubes de celos, oposiciones familiares, superstición y tradiciones gitanas cerniéndose amenazadoras sobre los contrayentes. La amenaza se cumplió y su unión duró poco -se divorciaron antes del año-, y sigue siendo, todavía hoy, fuente inagotable de todo tipo de especulaciones.
Estas parejas desgraciadas fueron una constante en la vida de las más célebres artistas de aquellos tiempos: Fornarina, Raquel Meller, Goya, Pastora Imperio y otras, tuvieron serios problemas para establecer uniones duraderas y estables. En aquellos tiempos una mujer tenía que renunciar a su carrera, en caso de tenerla, si quería casarse con un hombre de ideas tradicionales, que eran casi todos. Paradigmático es el caso de La Goya, que acabó casándose con Tomás Borrás -tras el interminable noviazgo con Bombita-, pero solo una vez que hubo abandonado los escenarios.
Acaso el obstáculo mayor para la estabilidad sentimental de estas mujeres fuera precisamente el de verse obligadas a olvidar sus ambiciones artísticas, renunciando a un éxito conseguido a base de enormes esfuerzos y sacrificios, muchas veces en el punto más álgido de sus carreras. Acaso el obstáculo fuera un pasado demasiado libre u oscuro, en el caso de Consuelo, que no era admitido fácilmente por un hombre español de hace un siglo, por muy liberal que fuera en sus ideas y actuaciones. O acaso simplemente fuera mejor así y la ruptura suponía, más allá de lo inevitable, lo deseable para ambos. Especialmente para ellas.
(1)Las actuaciones de beneficio de los artistas eran una costumbre muy corriente en aquellos años y consistían en una representación, generalmente la última, en la que el importe de la taquilla se ponía a disposición del artista en cuestión o de alguna obra benéfica de su elección. También recibía, por parte de admiradores o compañeros, diferentes obsequios.
(2)El nombre no se dice, aunque pudiera tratarse del omnipresente Enrique de Mesa.
Una entrada maravillosamente documentada, con una variedad de imágenes igualmente maravillosas, y que me da a conocer una parte de la vida de la artista que no conocía (en realidad no conocía casi nada, ya te iré leyendo poco a poco para conocerla).
ResponderEliminarMe ha sorprendido el detalle del malentendido del corte de mangas en el escenario de Málaga. Que mal lo debió de pasar.
Un abrazo