La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época

La Fornarina y otras cupletistas que marcaron una época: mujeres ayer admiradas, hoy olvidadas

domingo, 20 de marzo de 2016

LAS OTRAS: Candelaria Medina (y III)

Candelaria fue portada de Mundo Gráfico en 1921,
cuando su fama ya estaba en horas bajas
Después de estar retirada durante casi dos años, Candelaria reaparece en Madrid no sin antes pasar por Sevilla para cumplir con una de sus piadosas promesas, esta vez ante el Cristo del Gran Poder. Durante estos años se ha dedicado a su familia y ha intentado, sin demasiado éxito, llevar una vida de perfecta burguesa al lado de su pareja. La suerte no le acompaña y decide retomar su carrera buscando tanto el dinero como el cariño del público. De ambas cosas ha estado necesitada durante todo este tiempo, especialmente de amor y respeto. Nadie habla, nada se sabe y poco se rumorea, todos (empresarios y público) respetan la privacidad de la cupletista y la reciben con los brazos abiertos. Como si el tiempo no hubiera pasado, se encuentra con una inesperada acogida que se traduce en contratos por toda España. Parece que la promesa al Gran Poder ha dado resultado, al menos en lo que se refiere a su vida profesional.
La impresionante imagen del Jesús del Gran Poder sevillano
(fuente: 
http://cofrades.sevilla.abc.es/profiles/blog/list?month=03&year=2015)
En 1920 trabaja mucho y bien. Comienza el año contratada por el Price de Madrid, donde coincide con la bailarina Nati la Bilbainita. Después hace una gira que la lleva primero a Cuenca, más tarde al teatro Martí de Valencia, el Salón Llorens de Sevilla, donde coincide con la debutante y jovencísima Lolita Astolfi, y debuta en el mes de mayo en el Edén Concert de Barcelona.
La encantadora Lolita Astolfi en 1920, con dieciséis años
Después de la consabida temporada veraniega, en septiembre Candelaria debuta en el Teatro Circo barcelonés y en octubre es contratada por el Madrid Cinema para formar parte del clásico espectáculo de variedades de la época. Durante una larga temporada compartirá escenario, éxitos y penurias con el ventrílocuo ¿Moreno? (se anunciaba así, con interrogaciones) y las cupletistas Amarantina, Lola Mansilla, Maruja del Oro y Amparito Guillot, entre otros. Con motivo de su debut la revista "Eco Artístico" publica a doble pagina un reportaje publicitario y encomiástico que, curiosamente, consigue justo lo contrario de lo que pretende. La fotografía de Candelaria (por su baja calidad, imposible de reproducir) nos la presenta vestida de oscuro, exuberante sin exagerar, algo envejecida y no muy guapa. En su atuendo a la moda se nota un deseo de renovación, en su actitud cierto cansancio que no parece ser una pose. En el texto se dice que después de alejarse un tiempo de la escena reapareció en el Price (la Catedral de las Variedades) la temporada pasada para más tarde dedicarse a hacer gira por provincias. Se habla de su retiro, de su vida regalada y suntuosa, y que volvió por nostalgia de las tablas. Ya sabemos que no fue así pero eso ¿a quién le importaba? Eran otros tiempos, con un mayor sentido del pudor y más respetuosos con la vida privada. Sólo el arte de Candelaria, o su falta de él, concernía a su público. Más allá de las tablas no había nada.
Portada de 1920 de Mundo Gráfico con una insólita Candelaria fumadora
Podría decirse que la de 1920 fue su última temporada de éxito. A partir de 1921 los escasos contratos se dosificarán como con cuentagotas: su voz nunca fue su mejor talento y su tendencia a la gordura hace que sus movimientos como bailarina comiencen a ser torpes y poco sugerentes, algo imperdonable en una chica de las variedades.

A pesar de la edad y su consiguiente deterioro físico, aún es Candelaria una figura querida por el público gracias a su simpática afabilidad y al creciente auge del género flamenco en detrimento del cuplé. En 1921 centra su carrera en Cataluña y en escenarios ya habituales, como el Madrid Cinema o el Salón Llorens de Sevilla. En Andalucía es considerada más como flamenca que como cupletista, ya que siempre le fue fiel a sus orígenes percheleros.
Candelaria, en pose flamenca pero con traje
de cupletista: cosas de los tiempos del cuplé
En Málaga o en Valencia también encontramos reseñas favorables de sus actuaciones pero éstas se irán espaciando cada vez más. En junio de 1922 actúa en el Edén Concert barcelonés y es tibiamente recibida. Al finalizar su contrato es sustituida por la debutante Tina de Jarque, futura estrella al gusto de los años veinte, joven, pizpireta y en su peso justo. Ya han pasado los tiempos de las "jamonas" a las que no les sientan nada bien los vestidos de lamé cortados al biés ni los cortes de pelo radicales, porque ¿cómo se puede bailar sin volantes? ¿cómo se puede vivir sin el corsé? y ¿dónde se puede enganchar la peineta? Los tiempos cambiaban. Adiós a la cupletista, bienvenida la vedette.
La espectacular Tina de Jarque a finales
de los años veinte, con pelo a lo garçon
En julio de 1922 Candelaria está actuando en el teatro de verano Reina Victoria de Sevilla -bolo veraniego por excelencia- al lado de Julia Fons, otra figura ya en decadencia. Nadie parece recordar a aquella provocativa Lota de "La corte de Faraón" que la Fons tan brillantemente interpretara no hacía demasiados años. No es la edad, ni la voz, ni la merma de facultades lo que retirará a Candelaria o la Fons. Es su estilo, que comienza a considerarse ya trasnochado en un mundo, el de las variedades, que había pasado de desplazarse lenta y elegantemente en un faetón a hacerlo en un coche moderno, quemándose rápido, rápido, como una vela que ardiera por sus dos extremos. Después de la Gran Guerra todo cambió, incluso en países como España que en ella no habían intervenido.
Julia Fons en 1905, interpretando "La gatita blanca"
La Fons, que en los años cincuenta se negaba a si misma y despotricaba contra sus tiempos de fama, es un buen ejemplo de "juguete roto" a la española. Candelaria es otro. Se retira ya definitivamente y a finales de los años veinte Álvaro Retana, en una de sus semblanzas de olvidadas reinas del cuplé, la considera como "retirada y alternando con otras damas catequistas". Vive en Barcelona, prácticamente en el anonimato. Tiene fama de decente y sus creencias religiosas están firmemente arraigadas, no exentas de cierto contenido exhibicionista con novenas, procesiones y todo un arsenal de mantillas y rosarios, algo muy habitual en las mujeres de aquellos tiempos. Pero cuando más retirada parece estar, aún nos sorprende una noticia sobre ella aparecida en "Mundo Gráfico" en febrero de 1930. Tras la clausura de la Exposición Universal que se celebró en Barcelona en 1929, permanecerá en sus instalaciones un local andaluz en el Pueblo Español llamado "Los Corales". Allí se encuentra Candelaria, recibiendo a los parroquianos, trabajando a la manera flamenca, guapetona, ataviada con un soberbio mantón y "contenta de que esté aquí el maestro Padilla, recién llegado de Colombia".
Plano del recinto de la Exposición Universal de Barcelona en 1929
A comienzos de los años treinta Candelaria se encuentra, según Carlos Fortuny (alter ego de Álvaro Retana) "a honesta distancia de la circulación", completamente retirada de los escenarios. Vive de las rentas que su larga carrera le ha proporcionado, sin lujos ni exhibicionismos, casi con lo justo. Su "hombre" termina por abandonarla después de toda una vida de conflictos de pareja. Pasan los años y Candelaria abandona Barcelona y se traslada a Madrid, donde sobrevive amargada por su abandono pero no del todo ajena a sus tiempos de gloria. Tiene todavía amistades pertenecientes al mundo del cuplé y las variedades, como las componentes del Trío Moreno, el primero de los dos que hubo.
Curiosa postal del Trio Moreno dándose al tabaquismo
como si no hubiera un mañana
Candelaria ha invitado a sus amigas a tomar un café en su casa. Las deja sentadas en la humilde sala y se dirige a la cocina, allí retira la cafetera del hornillo eléctrico y en ese momento cae al suelo como fulminada. Sus amigas acuden y la encuentran ya muerta, víctima de un ataque cardíaco. Tiene alrededor de sesenta años (su edad siempre fue un misterio, hasta el final), todavía es joven, pero las penas sentimentales y la obesidad se han cobrado su billete de ida. Su entierro es sencillo, sin pompas innecesarias. No deja apenas nada, las joyas se vendieron hace tiempo. Sólo nos queda el recuerdo de otra de las olvidadas del cuplé que espero haber resucitado desde este blog a ellas dedicado.
Candelaria Medina, estrella del cuplé, belleza
emblemática de una época ya muy lejana

6 comentarios:

  1. Muchas de las historias que nos expones con tu peculiar talento de contar, reflexionando sobre la triste vida de aquellas mujeres, finalizan dejando un amargo sabor. Aquellas, fueron mujeres valientes y apasionadas, impulsadas por el coraje que infunde la juventud y el optimismo e intentaron luchar por una vida mejor en nombre de su arte, pero como siempre ocurre… el medio las juzgaba, las encasillaba y terminaban solas, infelices y muchas veces pobres. Triste...

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  2. Sí, me ha quedado triste, no sé lo que me pasa últimamente. La próxima cupletista va a tener otro tratamiento, aunque el final es siempre el mismo, eso es inevitable... pero voy a buscar alguna de la que no se sabe nada que no fuera lo mucho que trabajo y lo bien que se lo pasó. Alguna frívola maravillosa, de esas que lucían pedruscos hasta en la bañera y bebían champán hasta para desayunar. Un beso.

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  3. Buen final para una historia curiosa, aunque repetida en tantas de aquellas estrellas. Solo me he quedado con ganas de saber más del canalla, así lo he visto escrito alguna vez, que arruinó su vida. En cualquier caso, una mujer espléndida.

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    Respuestas
    1. Del canalla se sabe poco, o nada. Casi mejor así, no se merece pasar a la posteridad.

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  4. Un blog precioso,felicidades por tan bonito trabajo de recopilación. He llegado aqui buscando a una bella cupletista de la que no encuentro nada o casi nada. Tampoco aqui la he encontrado...
    Se admiten sugerencias? Quizas tu tengas mas suerte...Laura Pinillos
    Gracias. Saludos
    Rosa

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    Respuestas
    1. Gracias por leerme, me encanta que disfrutéis de mi trabajo y que os resulte útil. En cuanto a tu consulta he de decirte que conozco perfectamente a Laura Pinillos, a ella y a su hermana Victoria. Fueron, más que cupletistas, fueron vedettes en los años veinte y treinta. Las dos muy guapas y llenas de talento, sobre todo Laura. En este blog encontraras su nombre en varias ocasiones, si haces una búsqueda (al final de la página) lo encontrarás. Hay una imagen de Laura en una de las entradas de mi blog, concretamente en este enlace http://consuelitoyotrasbellasdelcuple.blogspot.com.es/2012/03/intermedio-la-imagen-de-la-cupletista.html
      Si quieres más información, no dudes en pedírmela. Mi email es: tyjmateos@gmail.com.
      Un beso.

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