Preciosilla en 1910, con 17 espléndidos años, ya prometía con su sonrisa todo aquello que con el tiempo cumpliría |
De entre todas estas cupletistas que yo denomino -con gran cariño- como frívolas, sobresale muy por encima de la media la figura de Preciosilla. Aquí os dejo una pequeña parte de su vida y su obra. Espero que lo disfrutéis.
Preciosilla, cupletista
Manuela Tejedor Clemente nace en Calatayud el siete de junio de 1893, aragonesa como otras estupendas cupletistas y como la más conocida de todas ellas, Raquel Meller.
Si bien la Meller optó por Barcelona, la pequeña Manolita se trasladó junto con su familia a Madrid. En la capital vivía una hermana de su padre, su tía Pascuala Tejedor, que regentaba una pensión para artistas en el número 15 de la calle Jardines. Hacia 1904 se alojaba allí Pastora Imperio junto con su madre, a las que doña Pascuala cobraba alrededor de diez duros al mes por una habitación con dos camas. La Imperio, que ya empezaba a ser reconocida en los ambientes artísticos, reparó en la belleza de la pequeña Manolita y prometió enseñarle a bailar en un futuro cercano. Pero ni la niña ni su madre tenían en mente que se convirtieran en artistas ni ella ni su hermana Mercedes, cinco años mayor. Las niñas eran muy guapas, incluso la madre estaba de muy buen ver y formaban, según Álvaro Retana, una familia en la que hasta el gato podría haber ganado un concurso de belleza. Entonces sucedió algo que lo cambió todo: el padre murió y, como ocurría generalmente por entonces, viuda y huérfanas quedaron en una precaria situación. No había más remedio que poner a trabajar a las niñas.
Manolita, la pequeña, se convirtió en la adolescencia en una muchacha de físico impactante, algo delgada para los gustos de entonces pero con dos perfectas razones que posteriormente luciría con desparpajo en los escenarios. Tenía cierta gracia para el baile y se "defendía" cantando, dando clases en distintas academias sin todavía decidirse por hacerse profesional de la escena. En todo caso su talento, escaso y sin pulir, no era nada del otro mundo al lado de las decenas, acaso cientos de muchachas que en los teatros de España buscaban la oportunidad de triunfar.
Las dos "razones" de Preciosilla fueron utilizadas por su propietaria con prodigalidad, tanto en el escenario como en los estudios fotográficos |
Joaquin "Quinito" Valverde, un nombre muy a tener en cuenta en la historia del cuplé, tuvo una larga relación con Preciosilla |
Manolita, ya convertida en Preciosilla, comienza así su carrera bajo la protección de Valverde y con la compañía, complaciente y comprensiva, de su madre. Mirar hacia otro lado o saber "hacer la vista gorda" eran cualidades muy positivas para convertirse en la perfecta madre-acompañante de una cupletista.
Lo cierto es que la niña trabaja, mucho y muy duramente, durante estos primeros años de su carrera. Durante la temporada de 1910 trabaja sobre todo en Madrid, en el Teatro Nuevo y en el Royal Kursaal, junto a otras artistas de las variedades, sin ser primera figura en ninguno de los espectáculos en los que participa. Compañeras suyas de entonces, como la cupletista Angelita Solsona o la inglesa Nelly Nell ("la célebre bailarina descalza"), compartirán con ella escenario.
Miss Nelly Nell, bailarina excéntrica y una auténtica "english rose", triunfó en los escenarios españoles e internacionales |
En febrero de 1911 Preciosilla alternará sus actuaciones entre el Royal Kursaal ("lindo teatro de la plaza de San Marcial") y el Salón Madrid. De este salón, que ni tan siquiera consiguió la categoría de teatro, nos han llegado alarmantes noticias de la voz de aquellos que lo disfrutaron, o lo padecieron. Personaje tan bregado como Retana, que no le hacía ascos a casi nada, consideraba el Salón Madrid como un antro inmundo, con unos parroquianos de ínfima categoría y unas condiciones para el arte por debajo de lo deseable. Con todo y esto, durante unos pocos años el Madrid tuvo sus días de gloria y se convirtió en uno de los escenarios de referencia para los espectáculos de variedades. Para hacernos una idea, su cartel del 15 de marzo de 1911 incluía a los siguientes artistas: Frosso el hombre muñeco, la escultural Lilli Nobel-Taylor, el numero de La Sirena con Mlle. Odette Méridor y la Preciosilla como clou (revelación) de la temporada, con sus cuplés, además de Olms and Nelly, manipuladores, prestidigitadores y "prestimanos". En principio un elenco así no despierta la desconfianza y más bien nos evoca la idea de un espectáculo apto para todos los públicos. Pero nada más lejos de la realidad.
Preciosilla, en pose castiza, parece decirnos: a ver, que alguien me explique cómo se puede tocar la guitarra con los dedos cuajados de anillos |
En este caso el agente de policía que, al parecer, la seguía y acosaba por su inmoralidad desde hacía algún tiempo, llevó su prurito persecutorio hasta las últimas consecuencias. Y así el día 25 de marzo comparece Preciosilla ante el juez, denunciada por atentado a la moral. La joven artista se defiende a su manera:"Señor juez no me trate tan duro,/yo le aseguro...- dicen que le cantó entornando los ojos". El juez la absolvió, faltaría más.
Preciosilla no conseguía parecer una cándida e inocente "florecilla" ni posando con mantilla blanca de blonda |
Durante estos primeros años actuó en los teatros españoles del circuito de variedades -sin ser considerada como la figura principal-, especialmente en Madrid: el Trianón Palace, el Salón Madrid, el Royal Kursaal o el Madrileño, fueron algunos de los escenarios en los que se codeó con cupletistas de la talla de Chelito, bailarinas como Brazalema y Libertad o cómicos como Jenaro el Feo. Es guapa y lo sabe, poseedora de una gran sensualidad en escena y con un desparpajo no exento de clase, algo muy poco corriente. El jefe de la claque del Madrileño llega a declarar ante la prensa: "Esa mujer es capaz de hacerle bajar de su carroza a Neptuno" y confiesa haberle aplaudido con verdaderas ganas, sin verse obligado por contrato.
Neptuno se mantuvo impertérrito ante las cualidades de Preciosilla, y ahí sigue, subido en su carroza cien años después |
La belleza de Mussetta tenía una cierto aire melancólico, candoroso y siempre elegante: una cupletista de lo más fino |
Mussetta compartió escenarios con su hermana durante muchos años, aunque su fama fue menor y su carrera mucho más corta |
En el Romea comparte Preciosilla escenario con una indiscutible primera figura, Pastora Imperio, aquella que unos años antes alabara su belleza y le augurará un futuro prometedor. Pero las cosas han cambiado: Preciosilla no es ya la pequeña e inofensiva Manolita, la sobrina de la patrona, con sus largas coletas y sus vestiditos cortos. Ahora se ha convertido en una mujer de exuberante físico y un comportamiento ante los hombres que dejan a la sevillana, más cabal y experimentada, estupefacta. Sabe ver en ella una rival y se mantiene alejada, guardando una prudente distancia y reservándose, de momento, su opinión. Más tarde esta opinión será revelada, de forma bastante agria, mediante una mentira muy poco elegante. Pero a esa historia aún no le ha tocado el turno de ser contada.
La gran Pastora Imperio, generosa y benévola con otras compañeras, tuvo con Preciosilla una agria polémica ya en la década de los años 20 |
De momento, Preciosilla triunfa y después del Romea interviene en la inauguración de la sala El Paraíso, en Alcalá 149, local al aire libre que se anuncia con el lema: "Ni calor ni humedad ni polvo". Además de Preciosilla actúan Manón, Matilde Aragón, y la troupe Cansino, hay columpios, patines, aviación y películas... Vamos, que al Paraíso no le faltaba detalle. A continuación actúa en Barcelona, en otro teatro de verano, El Bosque, donde se marca un schottis "bombillesco" que entusiasma a los caballeros de Barcelona. Y de Barcelona... da el gran salto y se sitúa, nada más y nada menos que en París, agarrada a la amorosa mano de Quinito Valverde. Pero lo cierto es que Preciosilla ha partido a la aventura, y llega a la capital de Francia un torrido mes de julio de 1912 sin tener un contrato, ni seguridad alguna de conseguirlo. Pero las relaciones e influencias que Quinito tiene en París no tardan en dar sus frutos. El 1 de agosto Preciosilla debuta en el Jardin de Paris, el mítico café-concert que veinte años antes viera sobre sus tablas bailar a la mismísima Jane Avril. No está nada mal para el debut de una artista española desconocida, y Preciosilla sabe aprovechar la oportunidad que se le presenta, dando lo mejor de si misma y convenciendo al público parisino a base de derrochar sensualidad y belleza. Su triunfo es discreto pero... Oh, là là, París siempre será París.
El célebre teatro de variedades "Jardin de Paris", situado en los Campos Elíseos, tuvo una larga e intensa historia |
Regresa a Madrid a finales de agosto para actuar en otro jardín, en este caso el del Retiro. Se trata de en un festival a favor de las víctimas de la galerna del Cantábrico, una tormenta que había dejado recientemente numerosos muertos y heridos, además de cuantiosos daños materiales, en la localidad de Bermeo. Preciosilla ha regresado exultante de París, pero no por ello se endiosa y selecciona, como sería de esperar, sus apariciones. Junto con otras compañeras del espectáculo vende tarjetas postales en un puesto del Retiro a todo aquel que quiera comprarlas. Luce un soberbio mantón de Manila y sonríe, encantadora y solidaria, tanto a los generosos como a los agarraos. Así es ella, sencilla y campechana.Y tan sencilla es, que regresa, después de su debut parisino, a los escenarios del Salón Madrid. A continuación actúa en Portugal, en el Casino Peninsular de Figueira da Foz, donde obtiene un sonado éxito. Después, vuelta a Madrid, primero al Romea y a continuación al Petit Palais (siempre le fue muy fiel a determinados salones y teatros). Y al finales de año vuelve al Madrid donde se reencontrará con una antigua conocida, la ínclita Chelito, que se ha convertido en empresaria del desastrado salón de la calle Cedaceros.
La Chelito, cupletista y empresaria, tuvo un importante papel en la vida artística de su amiga Preciosilla |
Las dos formarán una pareja artística que dará mucho que hablar durante años. Si por separado eran las reinas de la sugerencia y la picardía, unidas se convertirán en la pareja imbatible del espectáculo sicalíptico, con sus sensuales rumbas y machichas. Durante años formaron pareja artística de forma ocasional, simultaneándolo con sus respectivas carreras por separado. Debido al enorme éxito que tuvieron desde su debut y a cierta compenetración de tipo personal, los egos de ambas cupletistas se unieron -y disolvieron- en aras de la fama y la fortuna. Su número consistía en una rumba o una machicha, en sugerente deshabillé, y se incluía en obritas con títulos como "¿Qué será?", "Hay que buscárselas" o el entremés sicalíptico "La prueba". Llegan incluso a desafiarse en escena, por ver quien se contoneaba más o se cubría menos: la falta de corsé y otras prendas interiores se evidenciaba bajo los livianos conjuntos caribeños, de cuyas faldas se desprendían frecuentemente. Estos desafíos llegaron a consistir en combates de florete(!), arbitrados por la "monísima" Mussetta. Los espectadores rugían entusiasmados y la autoridad competente les imponía multas (a cupletistas y empresa) con tanto celo como escaso resultado disuasorio.
Chelito y Preciosilla bailando su célebre rumba: lástima que una fotografía no pueda captar el movimiento... |
Chelito, preparada para la rumba, presumiendo de palmito y luciendo picarona sonrisa, fue la reina del "deshabillé" |
Preciosilla canta "La danza del oso", versión española
del tema "Alexander's ragtime band" de Irving Berlin
Preciosilla se ha puesto de moda y no para de trabajar. Hace sus giras por toda España, actuando especialmente en Barcelona, en teatros como el Gayarre donde debuta el sábado de Gloria de 1913. Regresa a Madrid y participa en las Soirées Fémina en Parisiana. Y no duda en colaborar en la gala a beneficio de la Asociación de la Prensa, celebrada esta vez en los Jardines del Retiro la noche del 22 de junio. Junto a ella actúan otras primeras figuras del cuplé como Adelita Lulú, Totó, Teresita Zazá, Chelito y Argentinita. Ni la banda municipal de Madrid -dirigida por el prestigioso maestro Villa- recibe tantos aplausos como las lozanas cupletistas, especialmente Preciosilla, que aprovecha la ocasión para presentar nuevo repertorio y elegantes toilettes. Os dejo una imagen de aquella noche, perdonad su mala calidad, pero merecía la pena recoger tan valioso testimonio.
Fotografía de Alfonso publicada en el Heraldo de Madrid, que nos muestra a tres figuras del cuplé en todo su esplendor: Preciosilla, Chelito y Totó |
Después de esta actuación, Preciosilla se despide de su contrato en el Kursaal de Ciudad Lineal y se va de veraneo a San Sebastián y Biarritz, destinos elegantes y de moda que le ofrecen a Manolita atractivos adicionales: algún que otro sustancioso contrato en salones locales y algún que otro devaneo con el caballero adinerado de turno. Y tras el breve y productivo verano, llega el momento de regresar a París junto a Quinito. Sin contratos a la vista pero con el bolsillo bien provisto, Manolita aprovecha la ocasión para adquirir un vestuario a la última, confeccionado por el celebérrimo Paquin. A su regreso a España se encontrará con una desagradable sorpresa: nada más y nada menos que un Enemigo, con mayúscula, un periodista dedicado a la crítica de espectáculos en la prensa especializada. Alguien dijo que la categoría de un gran hombre se mide por la categoría de sus enemigos: en el caso de una cupletista sin duda su categoría también se podía medir por la de su crítico más enconado. Manolita se encontró con la horma de su zapato, y he de decir que se lo pasó... divinamente.
Pero todo esto corresponde a la segunda parte de la entrada a ella dedicada.
Siempre es un placer leer una nueva entrada de tu blog.
ResponderEliminarEnhorabuena por hacernos disfrutar de tan buen trabajo.
Besos, Narán
Gracias, Narán. Que disfrutéis con este blog es lo que busco.
EliminarUn beso.
Como siempre, felicitarte por tu nueva entrada. Y a esperar el desenlace de la historia de Preciosilla.
ResponderEliminarmuchos besos. Mª Victoria.
Gracias Mª Victoria,te aseguro que aún queda lo mejor de la historia de Preciosilla, te va a gustar, era una cupletista "de manual".
EliminarUn beso.
Interesantísmo este blog. Me ha atraído a el lo de "El último cuplé" una de mis películas favoritas. Muchas gracias y de ahora en adelante lo seguiré religiosamente.
ResponderEliminarGracias por seguirme. Estoy preparando nuevas entradas, cada vez más costosas, por cierto. En cuanto a "El último cuplé" publicaré en breve la segunda parte con más canciones y más información al respecto.
EliminarGracias al magnífico artículo sobre "El último cuplé" me he enterado que la que interpreta el "Tápame" como Bella Charito se llama Manolita Guerrero. ¿Se sabe algo de ella?
ResponderEliminarTambien me interesa conocer el nombre de la actriz que hacía el papel de Luisa, la amiga y acompañante de María Luján (Sara Montiel)...
Sobre Manolita Guerrero, no sé nada de ella y bien que lo lamento. Si alguien tiene información, por favor, poned un comentario porque su interpretación del "Tápame" bien se merece saber algo más sobre ella.
EliminarEn lo que se refiere a la amiga de la Montiel, se trata de la actriz Laly del Amo, secundaria de lujo en esta y otras películas de la época. También está abierto este blog a todo aquel que quiera aportar algo sobre tan desconocida como guapísima actriz.
Gran blog :) http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002099348&search=&lang=es
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