La Radium, a pesar de su halo luminoso,
no tuvo nada peligrosamente radiactivo
Cuando en 1903 el matrimonio Curie recibe el Premio Nobel de Física "en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación", poco podían imaginarse (y menos aún les hubiera importado) que unos años después su descubrimiento del radio llegaría a darle nombre artístico a una bailarina española. La popularidad del radium, que en un principio se consideró un elemento milagroso, casi como una panacea universal, fue considerado por alguien como un buen apodo para una artista. Sólo los protagonistas de la historia saben el motivo y en la bruma del olvido quedará para siempre.
La electricidad también tuvo su oportunidad
en la escena española:
morder algo siempre ha paliado los efectos de las descargas
Sobre la originalidad de los remoquetes artísticos en las variedades españolas se podría escribir un libro entero. Algunos de ellos no tienen desperdicio y denotan una gran imaginación. Oscilando entre lo convencional y lo arcano, se merecen una entrada aparte y entrada aparte tendrán en breve. De momento, centrémonos en la más radiactiva de las artistas españolas que en el mundo hayan sido.
La Radium, bailarina
La Radium, Emilia Montserrat fuera de los escenarios, era una sevillana guapetona y pizpireta que trabajó como coupletista y bailarina entre los años 1911 y 1923, aproximadamente, en los escenarios españoles. Comenzó actuando con su hermana, formando un dueto llamado, cómo no, Hermanas Radium. Aún actuando en escenarios de tercera división y ante un público poco exigente, su arte no fue ni valorado ni comprendido, y una de las hermanas dejó las tablas a tiempo para rehacer su vida. Emilia, más dotada y ambiciosa, no cejó en el empeño y durante años trabajó incansablemente en teatros de variedades de toda España, buscando su oportunidad de conseguir el éxito.
Las críticas son unánimes en cuanto a su juventud y belleza, pero no terminan de ponerse de acuerdo en lo que respecta a sus habilidades como canzonetista. Como bailarina sí convence y se habla de su desenvoltura, gracia y garbo tocando las castañuelas y moviendo los brazos. Al igual que su admirada Pastora Imperio, su salero andaluz está fuera de toda duda a la hora de moverse pero, ay, cuando llega el momento de cantar un cuplé...
A pesar del mohín picaruelo, la Radium no tuvo éxito como
cupletista y tuvo que dedicarse en exclusiva al baile
Hasta 1915, año que se podría considerar como el de su consagración definitiva, es contratada en escenarios tan dispares como el Novedades de Valencia, el Pabellón Extremeño de Badajoz (como canzonetista) o el Parque Recreativo de Santa Cruz de Tenerife. Da el salto al extranjero cuando actúa en Portugal, en el Cine Terrasse de la localidad de Elvás. Obtiene un éxito más que discreto pero su carrera no recibe el esperado empujón internacional.
A pesar de sus éxitos internacionales, la Radium no acaba de "cuajar" en la escena española, donde las bailarinas son consideradas como figuras de segunda al lado del empuje imparable de las cupletistas. Se toma un año de descanso (en 1914 aún no se usaba el término "sabático") que emplea en adquirir un nuevo repertorio, más moderno y menos flamenco, y renueva su vestuario en consonancia. Preparada para presentarse renovada ante el público madrileño, en marzo de 1915 debuta en las Soirées Fémina del Teatro de la Zarzuela, famosas por llevar a lo más granado de la escena española del momento en lo que a cupletistas y bailarinas se refiere. Para una figura de segunda, como ella, acceder a estas funciones de la Zarzuela constituye todo un triunfo. Antes ha tenido que preparar todo un nuevo repertorio e invertir sus ganancias en un vestuario más elegante, más cosmopolita y menos folclórico que hasta la fecha. Aunque sigue cantando cuplés, como introducción a los números principales de baile, es como bailarina como será conocida de ahora en adelante. De hecho, durante algunos años Emilia actuará como figura secundaria al lado de la tiple (reconvertida a las variedades) Úrsula López, que será la atracción principal en el cartel.
Incansable trabajadora del circuito del varietés, La Radium realizó múltiples giras por toda España durante su larga carrera. De Valencia a Bilbao pasando por Madrid, de Cartagena a Las Islas Canarias pasando por Ceuta y Melilla, fue muy querida especialmente en los escenarios andaluces, actuando en numerosas ocasiones en el Gran Teatro de Córdoba y el Vital Aza de Málaga. Actúa sin descanso ni reparo alguno tanto en teatros de renombre como en algunos que casi se podrían definir como antros inmundos. Circos, salones, cafés-cantante,... todo está bien, todo es necesario y conveniente para ganarse la vida honradamente por los caminos de España. Quien tiene todavía en baja consideración a aquellas chicas de las variedades, que tanto trabajaron y tan poco obtuvieron, poco conoce de las duras condiciones a las que estaban sometidas y de sus fuertes (y ambiciosas) naturalezas.
Emilia Montserrat "La Radium", y su bonita (y olvidada) sonrisa
Nuestra fuerte y ambiciosa Emilia no es la excepción. Su profesionalidad queda fuera de toda duda: constantemente renueva repertorio y vestuario, demostrando así su respeto hacia el público (ciertamente "el respetable" para ella) y una inquietud por renovar su técnica que habla de forma muy positiva de su personalidad artística. Su nuevo repertorio de baile, abandonado ya definitivamente el fallido cuplé, es moderno y variado. Su nueva profesora se llama Amalia Monroe, y con tal apellido se entiende que sus influencias fueran de lo más cosmopolita.
En 1917 enferma, sin que se publique más detalle sobre qué clase de enfermedad se trata, y se pasará medio año sin aparecer en los escenarios españoles (¿acaso un embarazo y el consiguiente parto?). Pero regresa, a principios de 1918, contratada por el Martí de Valencia, otro de los teatros a los que fue asidua. La enfermedad no sólo ha sido leve sino que además le ha dado fuerzas y energías renovadas, ya que inmediatamente después de una corta temporada en el Romea de Madrid, sale para Portugal donde ha sido contratada, y no regresa a España... hasta dos años después.
Y regresa convertida en toda una potentada: estrena lujoso vestuario, espléndidos trajes de seda a la última moda, telones creados en exclusiva para ella y joyas, maravillosas joyas dignas de la más altiva de las cupletistas.
Una de las últimas fotos de la Radium, una estrella
de segunda categoría que brilló como las de primera
Le ha ido bien fuera de nuestras fronteras y parece haber conseguido el "capitalito" que todas ansiaban y no todas conseguían. Pero aún le quedan contratos por cumplir y desde finales de 1922 hasta abril de 1923, realiza una apretada gira que incluye el Teatro de Tetuán, el Maravillas de Madrid, actuaciones en Lorca y Aguilas, un breve paseito por Marruecos, y su despedida del Gran Teatro de Córdoba y del Pabellón Teatro de Algeciras. Después, la nada. Su nombre desaparece de los rotativos y no existe una sola mención suya en años posteriores.
Es de suponer que se retiró, siendo todavía joven y solicitada, gracias a los ahorros conseguidos en tantos años de apretadas tournées. Casada, bien o mal, o quien sabe si soltera y casi entera, Emilia Montserrat "La Radium" se despidió de las tablas y, al parecer, la nostalgia no consiguió nunca hacer que volviera. Hasta hoy, en esta humilde entrada que en mi blog le dedico.
Epílogo
Gracias a las aportaciones de dos lectores, uno de ellos sobrino nieto de La Radium, puedo ofreceros el mejor de los epílogos a su historia:
"Se casó con un diplomático portugués y tuvo dos hijos: Mario y Mª Luisa. En Angola poseía varios hoteles. Murió a los sesenta años, bastante rica y convertida en una gran señora"."Vivió felizmente dedicada a sus negocios y a su hogar".
Mi agradecimiento a estos Anónimos comentaristas. Con su aportación he podido darle un glorioso final a esta entrada sobre La Radium, un final de felicidad personal y bienestar económico. Sin duda la clase de final que se merecen, y siempre les deseo, a las estupendas "otras bellas del cuplé".